26.7.11

Un asesino

Es terrorífico lo de Noruega. Cuantos más detalles se conocen, más cuesta creerlo. Un loco. Un demente. Alguien que se cree con derecho a disponer de la vida de los otros. Y de vidas, además, que no conoce de nada. El terrorismo no es matar a quien ha ido a por ti, es matar a quien no conoces de nada. Es la incapacidad de sentir empatía por un ser humano como tú. Es pensar que esa imaginación desbocada que llamamos ideología te da derecho para disponer de las vidas de otros. Es el horror del totalitarismo nazi. Ideas criminales, premodernas, que nunca superior que la modernidad es plural y que sin pluralidad ya no hay sociedad posible. Esa bobada de pensar que hay razas, o que hay identidades. Poner una bomba sabiendo que hay gente que va a morir. Disparar un arma a gente que no puede defenderse. La vileza de la locura. Ese tipo, además de ser extrema derecha, es un demente, y como tal lo mejor es que pase el resto de su vida encerrado. Sólo queda abrazar a las víctimas, como siempre en estos casos, y ponerse su camiseta. Si un loco que dice ser de extrema derecha odia a los socialistas y cree que hay que matarlos, desde aquí sólo puedo decirle entonces que yo también soy socialista y que me meta en su lista siniestra. La noticia se me cruza con la del niño de ocho años ahorcado por los talibanes. ¿Qué le pasa por la cabeza a una persona cuando está ajustando la soga al cuello de un niño de ocho años? ¿Es humano el noruego asesino? ¿Es humano el talibán que empuja el cuerpecito del niño para ver cómo se balancea? Desgraciadamente creo que sí. Que ambos son humanos. Supongo que por eso hay días en los que no me gusta nada este mundo.


PS: Mouawad escribió: Somos casas habitadas por un inquilino del que no sabemos nada. Nuestras fachadas son muy bonitas pero, ¿quién es ese loco, presa del insomnio, que en el interior, para las horas dando vueltas, apagando y prendiendo las luces?

1 comentario:

Tío Chinto de Couzadoiro dijo...

El terrorismo es una realidad que, por desgracia, estará cada vez más presente a nuestro alrededor. Y así será, porque el terrorista obtiene, con su comportamiento infrahumano, importantes réditos, incomprensibles para nosotros, porque somos incapaces de penetrar en su alma cerrada a cal y canto.