Nos acercamos, al fin, al Centro Botín. Café en Pombo, libros en Gil y luego paseo hasta el Botín. Un edificio magnífico, con vistas a la bahía... y una exposición fascinante: poner a dialogar la Adoración de los Pastores, del Greco, con el arte vivo de Tino Sehgal. El rapaz no entendía casi nada, pero le gustó hinchar globos y dejar su huella.
Esta vida que seremos...
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