El cuerpo humano. A occidente le costó mucho
verlo como algo más que un foco de enfermedades o un imán para la lujuria.
Ahí estuvieron Diderot y los suyos,
dando la batalla. A mayores, pasa lo mismo con el cuerpo desnudo de una
mujer. Hay culturas que aún no lo han superado. Y así están. Me acerqué a ver
la exposición sobre František Drtikol en la Real de San Fernando acerca de sus desnudos modernistas. Imágenes seductoras que se entretienen
analizando la relación entre un desnudo y una forma geométrica. La fantasía que
habita en cada cuerpo. La magia del blanco y negro. Aquellos años, cuando aún
le llamábamos Gran guerra al conflicto de 1914 porque no imaginábamos
que pudiera llegar a haber otra. Hay una distancia considerable entre el arte
que compone un cuerpo de mujer en alguna de estas fotos y el erotismo. Como lo
hay entre el erotismo y la pornografía. No entender eso es no haber alcanzado siquiera la Ilustración.
En cualquier caso, desocupado lector, no se la pierda. Ya sabe que el maestro De Cuenca dice que no es el amor lo que mueve a las estrellas sino...