Pensaba ayer, mientras el presidente del gobierno catalán comparecía ante los medios, en las dos preguntas que ningún periodista le hará hasta acorralarlo:
1. ¿Qué tiene usted que ofrecerle a esa mitad larga de catalanes que no quieren la secesión? -ver Tadeu ayer, por cierto-, en relación a los datos y a los fabricantes de indepes y todas esas sandeces..
2. ¿En qué va a ceder usted en lo que llama proceso de negociación para resolver lo que llama conflicto?
Y lo pensaba mientras leía, qué cosas, a Ricardo Dudda en El País: "Para el independentismo, los derechos de la población castellanoparlante no son negociables: tiene siempre claro que los violará."
Pues eso.