28.9.09

Cultura y miedo

Volvimos al teatro. En este caso a ver Ser o no ser, de Lubitsch. La vi siendo muy joven y todavía la recordaba, en el salón de casa, con mi madre y quizá mi hermana. En teatro no ha perdido ni su gracia ni su frescura. Hay que reírse del enemigo, y hay que reírse, precisamente, cuando parece que el enemigo puede ganar. Larga vida a la obra de Lubitsch y larga vida a los autores y actores que, en plena guerra, se enfrentan a los asesinos.

En cuanto al cine, lo último destacado, Toma el dinero y corre, la primera de Allen. Entretenida, ya se veía ahí que había un buen director. Toda una parodia de las pelis de gansters.

Por no dejar el mundo de la cultura, ya me ha salido en pocos meses en diferentes libros el nombre de Vicente Aracil. A ver si alguien me cuenta más cosas, que me parece interesante: el padre putativo de la normalización viendo la luz cuando sus experimentos se llevan a cabo.

PS. Aterrador. Un hombre y su novia son asesinados dentro de su coche una fría noche de invierno en pleno casco urbano. El hombre cae sobre el claxon de su coche, que no deja de sonar durante los veinte minutos eternos que tarda en llegar la ambulancia. Ningún vecino baja a ver lo que ha pasado. Nadie se para a socorrerlos. ¿Ocurrió en Italia? No, ocurrió en la provincia de Guipúzcoa. Él tendría hoy 54 años que nunca cumplió y su novia 50.

Honor y memoria para todas las víctimas del terrorismo nacionalista vasco.

26.9.09

Despierta hijo, que nos ahogamos

Hijo, que nos ahogamos. Lo contaba ayer José, superviviente de la mayor catástrofe natural acaecida en la historia moderna de España. Fue en enero del cincuenta y nueve, y fue en Ribadelago. José tenía aquella trágica y heladora noche once años. Su madre los sacó a oscuras de la cama hijo, que nos ahogamos. Otros no tuvieron tanta suerte. Felipe, que también nos contó su caso, fue salvado por su madre de morir y dejado en manos de su padre ciego. Su madre murió. Criarse sin madre. No diré más.

Ahora, tantos años después llega el reconocimiento y quizá la verdad: unas obras mal hechas, y 144 muertos. Nadie cargó en realidad con la culpa; sin prensa libre no hay ciudadanía y esto lo saben todos los dictadores.

Emotivo acto en La Casa de Zamora que continuará la semana que viene. Los pelos, de punta; la carne, de gallina. Una frase, una vida: corre hijo, que nos ahogamos.


PS: Muchos de los fallos y errores que condujeron a la explosión del reactor de la Unidad Nº4 de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, pueden vincularse a las características generales de la política industrial soviética. Entre los fallos cometidos en Chernóbil se cuenta la falta de adecuado revestimiento del reactor, el prolongado uso de un reactor anticuado que resultaba especialmente difícil de controlar, la escasa preparación y cualificación profesional del personal encargado de supervisarlo y el generalizado descuido de la seguridad. Las presiones para aumentar la producción de electricidad también contribuyeron al desastre, que tuvo lugar durante un experimento para ver si era posible exprimir más electricidad de un reactor al mismo tiempo que se estaba parando para revisarlo.

Graham, Loren R.: El fantasma de ingeniero ejecutado. Por qué fracasó la industrialización soviética. Crítica, Barcelona, 2001. Página 140

24.9.09

Para vencer el desánimo

Septiembre pinta depresivo. O quizá sea yo, quien sabe. Por eso alegra y vivifica leer textos como el que le adjunto, lector, escrito hace años ya por Rafael Termes y que aparece en su libro Desde la libertad, ahora que los socialdemócratas dicen una cosa y hacen otra en relación a los impuestos y el gasto público. Disfrútelo

“[…] si un socialista proclamara la necesidad de liberar los mercados y de limitar el gasto público al 20 por ciento del PIB, habría que aceptar que se trata de un liberal, probablemente extremo. Pues no. La piedra de toque para reconocer o distinguir a un socialista de un liberal no está en el porcentaje del déficit público que defienda ni en el grado de libertad del mercado que propugne. Lo que distingue a uno de otro es la manera de percibir la realidad en orden al bien común. El liberal piensa que la cooperación social para el bien común se logra a través de las actuaciones de los individuos, quienes buscando libremente su propio interés, crean el orden espontáneo, resultado de la acción humana pero no de designio, y que este orden conduce a los mejores resultados posibles.

En cambio, el socialista tiene la “fatal arrogancia”, en expresión de Hayek, de pensar que la mente de un solo individuo –o de un conjunto de funcionarios que, por serlo, se les supone inerrantes y bondadosos– es capaz de construir un orden social con mejores resultados que los que se obtienen a través de la actuación de los innumerables agentes que, procesando la información de una manera imposible de explicar y que sólo el mercado sabe hacer, generan, sin proponérselo directamente, riqueza y bienestar para todos".

23.9.09

Un día, sin duda, para felicitarnos

Hoy es un gran día para la cultura mundial.

El judeófobo y retrógrado Farouk Hosni no será, parece ser, Director General de la UNESCO. Desde luego, no será por la falta de apoyo del (¿?) gobierno de España, pero gracias a dios, la política de irrelevancia de nuestro país a escala internacional empieza a dar sus frutos.

Adiós Hosni, adiós.

PS: Hablando de culturas, un atlas mundial.

PD: "No quedaba espacio ni para identidades ambiguas ni para lealtades dúplices, como bien se en el hecho de que en sus [primeros] dos años y medio de existencia, el FLN asesinara a un número de musulmanes seis veces mayor que el de sus víctimas europeas. Todo el que estuviera al servicio de la Administración francesa o trabajase para los europeos se convirtió automáticamente en objetivo terrorista, al igual que quienes consumieran alcohol o tabaco".

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 161.

22.9.09

Claudio

Empalmamos el final de Roma con el inicio de Yo Claudio. Aunque Jimena tenía algunas imágenes de la serie, yo apenas la recordaba. Concebida, desde mi punto de vista, como una obra teatral, la serie va de menos a más, con un estelar Derek Jacobi interpretando al que quizá fue el último gran emperador de Roma. En realidad, fue una suerte ver las dos series seguidas, ya que Yo Claudio en realidad empieza con un Augusto anciano, lo que nos permitió seguir, en cierta manera, unos ciento cincuenta años de la historia de Roma, del final de la República a la degeneración del Imperio. Una época fascinante: Tiberio, Antonia, Livia, el loco de Calígula, los matrimonios con Mesalina y Agripina
Si pueden hacerse con ella (El Mundo prácticamente la regaló hace unos meses), no dejen de verla. O de volver a verla.
Ahora vamos intercalando la quinta temporada ya de Expediente X con Alló Alló, cortesía de Chisun que yo aún recuerdo, divertido, de los inicios de Telemadrid. Ya les contaré.

PS: Tocqueville escribió una vez: “La experiencia nos enseña que el momento más peligroso para un mal gobierno es, de manera ordinaria, aquel en el que empieza a reformarse”.

19.9.09

Fútbol de base...

No sé porqué la gente se gasta una pasta yendo a ver partidos del Madrid o del Barsa, con lo bien que están los partidos en esos campos de dios. El caso es que caía la tarde, en Antena 3 daban una de esas de los sábados de antena 3 de sobremesa y no llovía. El caso es que la casa de mi suegra (la señora madre de Jimena, como los lectores más sagaces habrán podido adivinar) queda muy cerca de la ciudad deportiva de Zamora. Y el caso que, a primera hora de la tarde, cuando devolvimos la bici allí, puede ver que había partido de tercera y decidí abandonar el hogar familiar para ver un poco de fútbol. Quizá ello soprenda al desocupado lector. No soy muy futbolero (debería decir, en realidad, que ya no soy muy futbolero); no veo partidos por la tele y sólo vamos al campo cuando el Español va a Madrid (el periquismo de Jimena) o cuando estoy por Zamora y hay algún partido, pero me sigue gustando el ambiente en los campos: esa estética que se gasta el fútbol semiprofesional y que permite leer todo un tratado de sociología de las masas pagando apenas cinco euros.
Jugaban (¿?) el Villaralbo y el Astorga. Al salir al campo, los jugadores del Astorga lo hacen con varias cajas de los afamados mantecados de la ciudad maragata y empiezan a lanzarlos a los poco más de doscientos espectadores que estamos en las gradas. Tiene patrocinador nuevo y eso se nota. Lo que es la tercera española, coño, son los jugadores los que regalan cosas a los aficionados.
El caso es que el partido no empieza. Los jugadores empiezan a hacer rondos en el medio del campo. De repente, alguien que parece ser el delegado del Villaralbo le dice aun tipo que está sentado dos o tres asientos más allá que no hay banderines y que hay que acercarse "a casa" a por ellos. Toma ya

¿El resultado? Ganó el Villaralbo tres cero, pero el resultado final fue bastante engañoso. Un uno cero, o un empate, hubiera sido más justo.

Por cierto que almorzamos en el Parador. Un servicio amable, un jefe de sala competente cuando le pedí que me cambiara el vino (se le había ido el corcho) y un menú bien cocinado. Otra cosa son las polémicas sobre el nombramiento del Director. En todas partes, también en los sociatas zamoranas, cuecen habas, porque ya se sabe que una cosa es predicar y otra...


PS: "La disolución de la responsabilidad individual en el grupo forma parte del pensamiento reaccionario en cualquiera de sus modalidades, y no es extraño que a los militantes etarras se les proporcione, ya desde niños, esta coartada moral".
Espada, Arcadi: El terrorismo y sus etiquetas. Espasa, Madrid, 2007. Página 61.

17.9.09

Los libros

Tengo pocos lectores cerca. Ello me apena. Tener poca gente con la que compartir un libro es una auténtica frustración, porque hay pocos placeres superiores a los de la lectura. Y cuando me refiero a un libro, hablo de libros, no de novelillas. Me comentaban, paseando por Denia, que en España lectores, lo que se dice lectores, no somos más de cincuenta mil. Y quien me lo dijo sabía de lo que hablaba, no en vano dirigía una editorial.

Cincuenta mil sobre cuarenta y seis millones. Dios mío, si tiene más socios el Madrid, no me jodas.

De los escasos lectores que tengo cerca, gran parte consume su tiempo leyendo papelillos. No es lectura en sentido estricto, pero menos da una piedra. Así que cuando busco lectores de verdad, casi me echo a llorar. Quitas a cuatro o cinco y no me queda ninguno. Es verdad que algunos otros leen algo, pero o se quedan en la novelilla, o sólo leen por trabajo.

En fin, se va uno haciendo mayor y cada vez voy teniendo más claro que una de las divisiones más relevantes del mundo moderno es la que separa a los lectores de los no lectores. Y que fue la lectura, y no mi escasa inteligencia, lo que me sacó del lumpen al que iba destinado siendo nieto de campesinos zamoranos e hijo de un taxista.
Quedamos pocos lectores vocacionales. Quizá usted, desocupado ciudadano, forme parte del club. Del club de los que, cuando todo sea kindle, brindaremos ya ancianos con los ojos extraviados de nostalgia y con una ginebra en la mano mientras un libro, que apenas podremos ya leer, descansará en nuestro regazo, quizá para siempre.
Si es así, reciba una melancólica bienvenida…


PS: Menudo descubrimiento La Revista de Libros. No he tardado ni dos horas en suscribirme.
PD: Y después de este rollazo sobre los libros, hoy he estado en la radio. Y para toda España. Con un par.

PS: […] "pero también está esta pasión por el libro como objeto, esta necesidad de llevarme de una librería un montón de libros que creo que he de leer, que positivamente me interesan, y que después, por desgracia, quedan demasiado a menudo en una pila, encima de la mesa de trabajo, esperando que las lecturas obligatorias […] les hagan un hueco".
Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 35

16.9.09

La emigración y su memoria...

En clave local. La UNED de Zamora sigue con su magnífico trabajo de evitar que se pierda el recuerdo de la emigración castellana. Su labor, impulsada por el liderazgo del profesor Blanco, su Director, se palpa con las manos: libros publicados, varios de ellos accesibles en formato pdf, y la organización de diferentes congresos sobre la materia.

Trabajar sobre la geografía de la ausencia, sobre la población vinculada. Sin ningún intento identitario, sin querer demostrar agravios ni documentar reivindicaciones; que para algo somos castellanos. Conocer el pasado para entenderlo mejor. Nada más, pero tampoco nada menos.

Han vuelto a convocar el premio Memoria de la emigración castellanoleonesa. El plazo de admisión de originales acaba el 31 de diciembre. Anímese lector, o anime a potenciales autores a escribir. Los relatos se publicarán luego en un volumen colectivo. Más información pinchando también aquí.

PS: Alejandro, tras entrar en Varsovia, dirige una proclama a Europa: “Si el Norte imita el sublime ejemplo que brindan los castellanos, el duelo del mundo se acabará. Europa, a punto de convertirse en la presa de un monstruo, recobraría a la vez su independencia y su tranquilidad".

Chateaubriand, François de: Memorias de ultratumba (Libros XIII-XXIV). Tomo II. Página 1.130.

15.9.09

Adios Solbes

No acabo de comprender bien el respeto intelectual que merece el ya ex diputado por Madrid Pedro Solbes. Dejó la economía española hecha un erial en 1996, la cogió boyante en 2004 y la volvió a dejar hecha unos zorros el año pasado.

Por eso, ahora que se va, creo que lo que hay que recordar de él, de su forma de entender la política y de su estilo de actuación, es el debate que tuvo con Manuel Pizarro en la campaña electoral de las últimas generales.

Porque Solbes mintió

Eso es todo.

Y mintió a sabiendas. Se ve que cuatro años después, los españoles ya nos merecíamos un gobierno que mintiera.

Y si no mintió, es que es imbécil, porque las cosas que decía, no se las cree ni el que asó la manteca.

Nuestra divina izquierda, siempre por encima del bien y del mal.

En fin, que tanta paz lleve como aquí deja.


PS: El País […] constituye uno de los ejemplos más perfectos contra la mala conciencia. La mala conciencia es un asunto privativo de la izquierda […] Proviene de la contradicción entre unos preceptos ideológicos basados en el altruismo y una práctica social donde predomina, en un grado u otro, el interés particular. […] ¿Cómo hay que hacerlo para tener la conciencia tranquila y el bolsillo lleno?. Pues separando muy nítidamente el terreno de los hechos del de las ideas. O sea, proclamando que otro mundo es posible […] pero guardándose mucho de vivir en otro que en el actual. Y de vivir en él la mar de bien. Esa doble moral impregna las páginas de El País, lo mismo en el campo de la información que en el de la opinión.

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 365

14.9.09

En La Montaña

Estuvimos en Santander. Nunca podré odiar estos burgos de los que demora su partida el invierno. La Montaña. Una parte de mi infancia quedó allí, cogiendo navajas en la bajamar, cerca ya de Vizcaya. Pero Santander, la capital, se me resistía. Nos alojamos en el Santemar, frente al Sardinero. La ciudad, hermosa, huele a aristocracia de otoño. Un sistema de préstamo de bicis magnífico nos permitió recorrernos la ciudad. La Magdalena, regalo de un pueblo a sus reyes. El Hotel Real. Almuerzo en los Peñucas, por aquello del presente perico de Ivan de la Peña. Simplemente correcto, desde mi punto de vista. Pereda arriba y abajo, las playas. Un paseo por la bahía. Almuerzo también en Zacarías, recomendación expresa del amic Joao.

Durante el viaje y el fin de semana, un par de lecturas; el ensayo de Iwasaki: Republicanos, cuando dejamos de ser realistas. Creo que el tema da para más. La relación entre España y su Imperio. Pero creo que el autor lo despacha con demasiada prisa. Dos figuras interesantes, eso sí, San Martín y Juárez. Quizá la historia de Iberoamérica pudo haber sido de otra manera, pero esto es lo que hay. En cualquier caso, demasiado tópico y quizá demasiado poco análisis. Y eso, cuando el desconocimiento es grande, no aporta gran cosa. Esperaba más, sinceramente. Leo también, subiendo por Galdós, uno de Camilleri que me presta Nieves, La muerte de Amalia Sacerdote; la Italia de Saviano novelada. No acabo yo de cogerle el gusto a la novela negra.

Llegué a la ciudad a las siete de la mañana. Pereda desierto, todo para mí. Aún recuerdo esa canción de los Doors: Amanece Santander, alguien ha cambiado el dolor por el olor de una taza de café…. La ciudad vacía, entrando septiembre.

Por cierto que el viaje fue con Ryanair y, me da la sensación, para vuelos dentro de la península, que la diferencia con las compañías de verdad apenas se nota. Que se vayan atando los machos los de Iberia. Y encima te ofrecen lotería instantánea para que pases el rato durante el vuelo…

PS: […] el sistema polisinodial consolidado bajo Felipe II se mantuvo durante siglo y medio sin grandes cambios, gobernando unos territorios que, como se dijo, alcanzaron una extensión nunca hasta entonces conocida, con apenas unas doscientas personas para decidir sobre la multitud de problemas y asuntos que surgían de todos los rincones del Imperio. Según los datos que Quintín Aldea ha recogido para la década de 1630 a 1640, la polisinodia española estaba integrada, incluyendo a los secretarios de los consejos, por 144 personas […]. Como se ha escrito alguna vez, nunca se hizo tanto con tan poco.

Iglesias, Carmen: No siempre lo peor es cierto. Estudios sobre historia de España. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2009. Página 138

11.9.09

El Perdíu, ruborizado

Fue el miércoles.

No sé si le he contado, desocupado lector, que El Perdíu, que es de natural tímido, escribe desde hace años en un periódico local. Un periódico local, sin demasiada trascendencia y conducido por mujeres. Escribe sin cobrar un euro, además, porque algunas cosas no se hacen por dinero y eso los liberales lo tenemos muy claro. El que caso es que, además, los artículos que escribe son de historia. Historia de la zona, me refiero. Así que siempre escribo pensando que no me lee casi nadie, pero casi nadie en sentido literal. Tengo localizados a dos lectores en concreto, la madre de Jimena, mujer extraordinariamente culta, por cierto, y a Paco Vega. El resto, nada de nada. De hecho, creo que Jimena, en estos tres años, ha debido leer uno o dos artículos como mucho.

El caso es que este pasado miércoles unos zamoranos del Valle del Vidriales me invitaron a unirme a ellos en uno de sus periódicos almuerzos. El azar me sentó al lado de Pedro. Comenzamos a almorzar y comenzamos a charlar. Una cosa llevó a otra. Coño, tú eres el que escribe esos artículos, -sí, soy yo, y tú debes de ser el que me lee-. No joder, pues los sigo muy de cerca, de hecho fíjate, hace un par de semanas fuimos a Portugal y estuvimos con una noble de la zona norte, le hablé de los Pimentel, de lo que te he leído en tu artículo, y tanto le interesó que me pidió que le mandara una fotocopia de tu texto, cosa que hice la semana pasada...

¿Hay alguna satisfacción mayor para un autor?

PS: [Joan Ferraté] era un gran lector de periódicos, como ha escrito muy justamente Arcadi Espada. A su inmensa cultura, hecha de toda clase de lecturas, pero sobre todo de las de los clásicos próximos y lejanos […] unía la periodística. Y siempre como lector […]

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 224

10.9.09

Las fuerzas de la cultura

Recuperando la alianza, ahora que estamos en setiembre, con las fuerzas de la cultura. Estuvimos viendo Up. Agradable de ver pero simplemente correcta, desde mi punto de vista.

Fuimos también al teatro. A soñar, que es a lo que va uno siempre al teatro. Esta vez, soñamos que nos habíamos desplazado a París y que era la tarde del 24 de septiembre de 1647. En la celda de un convento asistimos a la conversación entre un viejo, cercano ya a la muerte, irónico, mordaz y respetuoso con lo ajeno, y un joven embebido de una misión, pasional y atormentado. El encuentro es sencillamente magnífico. Las casi dos horas de función se pasan sin que uno se de ni cuenta. Y qué bien está Flotats. No dejen de de verla.

PS: "La tradición intelectual griega […] desde los presocráticos a los sofistas y a las escuelas helenísticas, no ha formado nunca un grupo cerrado, sacral, alrededor del conocimiento, […] la enseñanza socrática, la técnica mayéutica, a partir de la cual hasta un esclavo puede resolver problemas de geometría, ha permanecido siempre, con más o menos matices, afianzada en la tradición occidental intelectual. Y esta tradición permanece en la cultura clerical de toda la época medieval y es característica […] de toda la cultura europea hasta los tiempos modernos y actuales".

Iglesias, Carmen: No siempre lo peor es cierto. Estudios sobre historia de España. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2009. Página 181

8.9.09

Lecturas agostiles (IV)

Mi generación, como le ha pasado a las últimas cinco o seis generaciones de españoles, creció a la vida con una concepción jeremiaca de la historia de España. Todo salía mal. Éramos un país por hacer, cainita, estúpido y cruel. Ya tengo escrito por ahí que la ILE contribuyó mucho a generar esta narrativa, que con tanta alegría como incultura siguen por ahí pregonando los eruditos a la violeta que pueblan nuestra vida intelectual.

Luego uno va leyendo y va viendo que las cosas, en general son más complejas. Cuando uno se da de bruces, además, con alguien como Carmen Iglesias, los topicazos no tardan en salir corriendo uno detrás de otro. La recuerdo de la Facultad; fue una delicia tener con ella, en aquel seminario, aquella asignatura llamada “Estado y Sociedad en el Antiguo Régimen”, cuando uno sabía aún ni qué era el Estado ni que era exactamente esa cosa llamada sociedad.

El caso es que Dña. Carmen ha publicado recientemente una recopilación de diversos ensayos relativos a la historia de España y esta ha sido una de mis grandes lecturas en verano.
No siempre lo peor es cierto es, sencillamente, impresionante.

Conocimiento, objetividad y rigor. Nada más alejado de la morralla historiográfica tan habitual en nuestros lares, donde habitualmente nadie conjuga las tres variables. Muchas de las cosas que trata tuve la suerte de oírselas contar en directo, bien en la Facultad, bien en alguna conferencia: la imagen de España desde fuera, tan importante para conocer la imagen que los españoles tenemos de nosotros mismos; la forma de gobernar un imperio mundial con muy pocos funcionarios; el origen de la imagen oriental de España, el modelo educativo en el XVIII, el papel de las mujeres en la Ilustración, el Conde de Aranda, la familia en el Antiguo Régimen, la independencia de América, el drama de los afrancesados (todavía hay descerebrados que hablan de aquello como una guerra civil), Menéndez Pelayo y su lucha contra los heterodoxos, la cultura del XIX, la crisis finisecular…
Muchas conclusiones, que nos les voy a contar porque el libro hay que leérselo. Pero parece claro que la Monarquía se convirtió en una potencia mundial en un momento en el que los ataques a los poderosos empezaron a tener relevancia mundial gracias a la imprenta, que la imagen que el XVIII francés creó de España era una imagen profundamente interesada en términos políticos, que nuestra Ilustración no fue ningún desastre (a no ser que lo fueran todas excepto la francesa), que nuestro analfabetismo estaba al mismo nivel que resto de países europeos y que lo que nos destroza de verdad son seis años de guerra contra el francés en nuestro suelo, situación que no sufrió ningún otro país europeo…
En fin, un libro contra tópicos, muy útil para tener siempre a mano. Y eso por no hablar de los apéndices. El que trata sobre Marsilio de Padua es, sencillamente, delicioso.

Ni leyenda negra, ni leyenda rosa. Sólo la historia, por favor. Nuestra historia, lo siento esencialistas y lo siento teóricos del fracaso, es muy similar a la del resto de Europa. Pero similar de cojones, vamos. No dejen de leerlo, por favor.

PS: "[…] ese hombre del Lazarillo –comentaba unos meses antes de su muerte, refiriéndose a su recién publicada obra monumental sobre la picaresca-, que sale de casa rugiéndole las tripas, pero que se limpia ostentosamente con un palillo de dientes; pues bien, esta figura la he encontrado en un poema francés de la misma época. Y hace cuatro años –seguía Maravall- hubo en La Sorbona un coloquio organizado por hispanistas cuyo tema era la marginación y la exclusión en la España del siglo XVI. Yo sabía que ellos iban a plantear este fenómeno como típicamente español, y por ello me divertí preparando una colección de citas de escritores franceses del siglo XVI sobre exclusión y marginados, en los que no quedaban dudas sobre la miseria y la marginación en su propio país. Uno de ello contaba que en las calles de Lyon, durante la noche, no se oía más que “¡Ay que me muero de hambre” […] Y las mujeres iban arrastrándose famélicas y en pleno invierno echaban a sus hijos encima de la nieve, sin tener un solo mendrugo, sin disponer en los pechos ni siquiera de una gota de leche; eso se dice en un documento de la época […]. Se trata de aspectos que dependen de situaciones históricas y que cambian cuando cambian éstas".
Iglesias, Carmen: No siempre lo peor es cierto. Estudios sobre historia de España. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2009. Página 31.
PS: esta tarde otra vez al Nacional del Prado. Siempre es un placer.

5.9.09

Clásicos agostiles (II)

La tele.

Veo poco la tele, en general. Desde hace meses, nuestro prime time se nos va viendo series de televisión: no hay anuncios y así es uno el que elige a qué hora empieza y a qué hora acaba el programa. Todo empezó en realidad como una venganza contra los programadores, que fueron retrasando el inicio de las series hasta las diez y media de la noche sin previo aviso. Y así no hay que madrugue luego.

El caso es que este verano estaba un día por la mañana en un Bar (Los Meleiros, se lo recomiendo, el wifi más veloz de toda la Sanabria). Tenían puesto tele cinco. Debían de ser las once de la mañana. De agosto. Era una especie de concurso. Un varón con los ojos vendados. Un montón de lobas. Cada una de le daba un muerdo, así, como suena, con lengua y bastante duradero. Con la cámara sin perder detalle. Al acabar la ronda, el macho alfa se quitaba la venda y, tras las preguntas de rigor de la (¿?) presentadora elegía a la hembra preferida en función de la experiencia salivar. No sé si luego follaban en directo porque me fui, pero imagino que ese el siguiente paso y no creo que los (¿?) programadores de las distintas cadenas tarden en llegar.

Pero pensé, joder, menos mal que las televisiones privadas en España no las regula el mercado salvaje, libre y neoliberal, sino que se trata de un servicio público esencial cuya titularidad corresponde al Estado, y cuya gestión corresponde a sociedades anónimas en régimen de concesión administrativa. Gracias a ello estamos todos protegidos contra la ordinariez del mercado.

Vive Dios.

PS: Como escribió el dramaturgo alemán Schiller: “Cualquier persona tomada como individuo es razonablemente sensata y moderada; si forma parte de una multitud, se convierte de inmediato en un bruto”.

Diamond, Jared: Colapso, por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Barcelona, Círculo de Lectores, 2006. Página 563.

3.9.09

Clásicos agostiles (I)

Las payasadas.

Probablemente con su dinero, lector, una cosa que se llama Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón, que se ve que cumple ahora diez años, ha organizado una cosa que se llama “Taller de integración vivencial de la propia muerte” y que lleva por subtítulo, toma ya, “Experiencia activadora de estructuras internas”. Quien imparte el servicio (¿?) se ve que es algo llamado Sociedad de Etnopsicología Aplicada y Estudios Cognitivos, domiciliado en un apartado de correos de Barcelona.
En la jugada colaboran con alegría la Consejería de Cultura y Deportes del gobierno valenciano, el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y algo llamado Castellón Cultural, instituciones todas ellas gobernadas por el pepé, que para algo es un partido liberal que apuesta por cuidar al máximo hasta el último euro del contribuyente.
El taller, de plazas limitadas, se impartirá a mediados de este mes, y cuesta 190 euros por barba.
Ya lo dice el primer artículo de la celebérrima Ley de Jorge de la Gestión Pública: “Dinero no habrá, pero pa´tontadas…”.

PS: Jimena y El Perdíu se van este fin de semana a La Montaña. Echaremos el finde en la capital, Santander. ¿Alguna recomendación, desocupado lector?

2.9.09

Lecturas agostiles (III)

Ya sabe el desocupado lector de esta columna lo que me cuesta leer novelas. Son algo menor; papelillos podría llamarles de manera despectiva. El entretenimiento de los vagos, si me apuran; la novela es al ensayo un poco lo que el folio holandés al folio normal, como decía Ramón de España: un entretenimiento que hace pensar a los escritores haraganes que escriben como fieras. Además, no es sencillo encontrar buena novela; de hecho creo que la última decente que he leído ha sido La piel fría, hace ya un par de años.
El caso es que Jimena llevaba tiempo recomendándome A sangre fría, de Truman Capote. Al final la metí a última hora en la maleta antes de partir para Finlandia. La novela, o lo que sea, es sencillamente magnífica. Todo un descubrimiento. Qué bien escrita. Y qué entretenida. El brutal asesinato acaecido en 1959 en Holcomb sirve al autor para trazar un magnífico relato / retrato sobre los asesinados, los Clutter, y los asesinos, dos psicópatas apellidados Smith y Hickock. Las dos caras no sólo del sueño americano, sino también del ser humano: la ética del trabajo frente a la ética del quinqui, tan celebrada por cierto por nuestras autoridades. Ustedes no dejen de leerla y yo no dejaré de revisar algunos de mis tópicos sobre la novela y sobre los novelistas norteamericanos; siempre he sido bastante despectivo con ellos, la típica postura, imagino, de erudito a la violeta.

Es lo malo de leer, que se te joden las certezas.

PS: […] "no cuesta mucho deducir de todo ello que el hombre dejaría de leer novelas con cuarenta años recién cumplidos. Es decir, como manda la tradición. La buena".
Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 40

1.9.09

Lecturas agostiles (II)

Devorado Gomorra, de Roberto Saviano, vía Miquel Barceló. Libro magnífico, que uno acaba con mal cuerpo. Cada capítulo es un golpe sobre nuestra conciencia: cómo hacer competir a la moda italiana, el papel de héroes de nuestro tiempo como Peppino Diana, la ausencia de valores, la ausencia de futuro, la ausencia de poder público en el sur de Italia.
Aún así, discrepo del autor en su manía de achacar a la mafia comportamientos neoliberales. El liberalismo siempre ha reclamado un puesto para el Estado, es verdad que menos amplio de lo que otros reclaman, pero un puesto imprescindible. A mayores, el liberalismo también necesita una ética para desenvolverse…

Desesperante también ver como ya están aquí. En España, me refiero. En la Costa del Sol. Creo que es claro. Aunque nuestro telediario no hable de ellos. Me dijo Lucena una vez que Méjico es ahora lo que Colombia fue hace diez años y que por el camino que íbamos, nosotros podíamos ser lo que ahora es Méjico dentro de otros diez.

Y me hago entonces la misma pregunta que alguien me hizo hace casi veinte años, hablando de la violencia abertzale y de sus ganas de acabar con el Estado: ¿A alguien le gustaría vivir en el Líbano?

PS: "Nunzio de Falco fue arrestado en Albacete cuando viajaba en el Intercity Valencia-Madrid. Había montado un poderoso cártel criminal […]. Había construido un imperio. Complejos turísticos, casas de juego, negocios, hoteles. La Costa del Sol había conocido un salto cualitativo en sus infraestructuras turísticas desde que los clanes Casalesi y napolitanos habían decidido convertirla en una perla del turismo de masas".
Saviano, Roberto: Gomorra. Debate, Madrid, 2007. Página 257