28.9.09

Cultura y miedo

Volvimos al teatro. En este caso a ver Ser o no ser, de Lubitsch. La vi siendo muy joven y todavía la recordaba, en el salón de casa, con mi madre y quizá mi hermana. En teatro no ha perdido ni su gracia ni su frescura. Hay que reírse del enemigo, y hay que reírse, precisamente, cuando parece que el enemigo puede ganar. Larga vida a la obra de Lubitsch y larga vida a los autores y actores que, en plena guerra, se enfrentan a los asesinos.

En cuanto al cine, lo último destacado, Toma el dinero y corre, la primera de Allen. Entretenida, ya se veía ahí que había un buen director. Toda una parodia de las pelis de gansters.

Por no dejar el mundo de la cultura, ya me ha salido en pocos meses en diferentes libros el nombre de Vicente Aracil. A ver si alguien me cuenta más cosas, que me parece interesante: el padre putativo de la normalización viendo la luz cuando sus experimentos se llevan a cabo.

PS. Aterrador. Un hombre y su novia son asesinados dentro de su coche una fría noche de invierno en pleno casco urbano. El hombre cae sobre el claxon de su coche, que no deja de sonar durante los veinte minutos eternos que tarda en llegar la ambulancia. Ningún vecino baja a ver lo que ha pasado. Nadie se para a socorrerlos. ¿Ocurrió en Italia? No, ocurrió en la provincia de Guipúzcoa. Él tendría hoy 54 años que nunca cumplió y su novia 50.

Honor y memoria para todas las víctimas del terrorismo nacionalista vasco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tuve la fortuna de acompañar al Perdiu y a Jimena a ver Ser o no ser. Me pareció una obra fantástica, muy divertida, eso si, requiere de un poco de paciencia por parte de público. Al principio parece sobre actuada, pero luego uno se da cuenta es parte del juego que utilizan los actores para diferenciar el argumento real y las representaciones de la supuesta compañía protagonista. Altamente recomendable.

Gracias por todo Perdiú y Jimena

AV