Tercera sesión, la semana pasada, del ciclo de Rendición de Cuentas en
La Casa de Zamora. Esta vez le tocaba el turno al candidato del
Partido Socialista que, con
ocho concejales, es el grupo mayoritario de la oposición municipal.
Desde que Andrés Luis Calvo salió de la alcaldía en 1995, los socialistas no han sido capaces de dar con un candidato ganador en la ciudad. El último que presentaron,
Antonio Plaza, no tenía ni siquiera el apoyo de todo el partido y el pepé le pasó por encima.
Ahora, el pesoe opta por poner de candidato al
actual subdelegado del Gobierno, Carlos Hernández.
Principió haciendo un repaso de los logros del gobierno socialista y sus beneficios para la provincia. Hay algo fantasmal en el lenguaje de los políticos. Le oyes hablar y da la sensación de que sólo a su partido le preocupa de verdad la ciudad, mientras que los otros candidatos son todos unos cabrones que viven del cuento y que desprecian, sistemáticamente, a sus votantes. Me pregunto si los políticos, no sólo este, también los del pepé cuando hablan de los socialistas, se creen todo lo que dicen de lo que quieren hacer y de lo que han hecho sus adversarios. Espero que no.
En mi opinión, Zamora es una provincia invisible para el pesoe, que sabe que haga lo que haga nunca obtendrá más de un diputado y un senador, y es una provincia amortizada para el pepé, que sabe que haga lo que haga, no perderá ni los dos diputados ni los tres senadores.
En fin, el candidato entró luego en propuestas concretas para el futuro de la ciudad. Habló por ejemplo del museo de semana santa, que hoy en día parece un almacén, y apostó por convertirlo en un museo de verdad. Habló también de la necesidad de acometer el proyecto del museo de Baltasar Lobo.
A mí me parecieron muy relevantes dos de sus propuestas:
- La regeneración de la participación en el ayuntamiento, haciendo que las comisiones informativas sirvan para algo, favoreciendo la participación de la oposición en la vida de la ciudad. Un bello propósito que espero que no quede en agua de borrajas si accede a la alcaldía.
- La segunda, una apuesta por hacer de La Casa de Zamora un centro de intereses zamoranos en Madrid,
implicándose en las necesidades, que son muchas, de la entidad
Me gustó: su apuesta por la honradez y la transparencia. Sus formas, delicadas y ajenas al insulto.
No me gustó: no tiene pinta de alcalde. Leyó íntegramente su discurso. Un alcalde ha de saber transmitir, comunicar, apasionar… Creo que este candidato sería un magnífico teniente de alcalde, pero no sé si tiene madera de alcalde
Escenario: la situación nacional y el tirón local de izquierda unida puede hacerles pupa. No creo que mejore el resultado de 2003 y quizá, si hay tripartito, se quede con una tenencia de alcaldía.
PS: “
Los hombres que hacen la política se parecen a esos que salen a patinar sobre una pista de hielo. En parte es cierto que van donde quieren, pero en parte, también, van donde les llevan esos malditos patines”