Libros
de consulta. Libros a los que volver. Acabé la fantástica biografía que sobre Isabel
II, la reina de los tristes destinos, escribió Isabel
Burdiel. Una reina de la que ya me ocupado
en alguna ocasión. Un trabajo magnífico. Sin reparos. Uno de los que figura en la
estantería de la que le hablaba el otro día, desocupado lector. Fíjese si
será buena, que no parece escrita por una académico español. Es una obra bien
escrita, magníficamente documentada y que supone, con la excusa de contar la
vida de la reina, realizar un recorrido por los años centrales del XIX, los
años en los que en España se configuró el Estado moderno tal y como lo
conocemos hoy.
La
que empezó siendo la niña bonita de los liberales, la promesa de una reina que
supiera conducir a su país por la senda de la monarquía constitucional, terminó
convertida en la imagen misma de la depravación y el vicio en el imaginario
colectivo de los españoles. Por el
camino, una educación pésima, en un mundo en el que no se valoraba la educación
ni de las mujeres ni de las princesas, una cultura política que no terminaba de
abandonar el absolutismo y unos políticos que siempre que pudieron, utilizaron
a la Reina, en todos los sentidos de la palabra, en su propio beneficio.
Dice
la autora, con mucha razón, que la actuación Isabel II no fue la causa de la
falta de consenso entre las familias liberales durante los años clave del
siglo. Fue, más bien, su máximo
exponente.
Un
libro necesario, para entender aquel mundo. Un libro para leer después de la
magna obra de Alejandro
Nieto sobre la regencia y justo antes del de Varela
Ortega sobre la Restauración.
Si
amar es combatir, como quería Maná, leer es
comprender. Y compartir es ayudar a crecer.