Hace mucho frío. El día amanece gris. Ayer, un montón de neonazis aprovechó la permisividad del fiscal y del juez para montar un circo en la Audiencia Nacional. Joder, creo que no tardaré en declararme insumiso fiscal: si mis impuestos valen para que este tribunal se gasta cien millones de euros en sacar adn de muertos para no encausar luego a nadie, y para permitir números como el de ayer, con mi pasta que no cuenten. Estos neonazis catalanes no entienden que es lícito no compartir los símbolos, pero que es imperativo respetarlos. Y si no respetan símbolos que entienden ajenos, no sé con qué cara piden respeto para los suyos. A veces uno piensa que sería divertido ver a la burguesía escrupulosamente catalanista en un país gobernado por esta jauría. En realidad ya sabemos la respuesta. El padre de Maragall vivió la llegada de las tropas del general Franco a Barcelona como una “liberación”, después de los años de terror rojo. Y ojo, no lo digo yo, lo decía él.
Luego está la organización terrorista de extrema-izquierda, intentando volar la Universidad. No me extraña. Pocas cosas tan antinómicas como el nacionalismo y la universidad. En la gran Euskal Herria todo es mentira. ETA es la única realidad y cuanto más nos aproximamos al pasado, más nos damos cuenta.
En fin, ayer estuve en la presentación de la Estrategia Universidad Empresa de la Junta. Viendo la sala de Boecillo, y viendo los coches oficiales en la puerta, los abrazos y la cordialidad, pensaba en aquellas sabias palabras de mi padre: “cuánto comedor”.
Al final, bellas palabras y loables objetivos, pero cuando para un gobierno todo es estratégico (la salud, la educación, la innovación, la empresa, la calidad….) en realidad es que nada de eso lo es. Suerte, en cualquier caso.
PS: [Juan Castellá-Gassol] es un antiguo falangista convencido y un futuro nacionalista catalán más convencido aún. Cuando llega […] está mudando la piel y ha puesto un guión entre sus dos apellidos, al igual que Porter-Moix y otros catalanes que los unen así porque no les dejan hacerlo mediante la i y creen que ahí, en esa i, reside una de las esencias de la catalanidad. El implacable onomástico Enric Moreu-Rey […] demostrará que unir los dos apellidos mediante copulativa latina es copia de la tradición castellana que los unía mediante cópula griega: Ricardo Méndez de la Dehesa y Álvarez de las Asturias.
Tubau, Ivan: Matar a Víctor Hugo. Memoria de Periodista. Espasa, Madrid, 202. Página 215