27.10.08

Examen de conciencia

Tengo bastantes amigos progres. No sólo progres, alguno es incluso un lanas recalcitrante. Es lo que tiene haber estudiado en una facultad de estilo, narrativa y obediencia soviética. En el último mes, al hilo de la crisis, he tenido conversaciones bastante interesantes con ellos y he llegado a una conclusión que, he de reconocerlo, me ha llevado a hacer examen de conciencia (lo de la autocrítica queda para las gentes de izquierda). Algo falla en nuestra cultura política, y en primer lugar en la mía. 

Me explico.

Creo que no es normal que la gente que no somos de izquierda pensemos que los dos presidentes que la izquierda ha tenido en España desde la llegada de la democracia a nuestro país hayan sido uno un completo ladrón y el otro un analfabeto integral. Nos puede la pasión. Y así no hay manera de hacerse entender. Pero ocurre lo mismo en la acera de enfrente. No es lógico que un presidente como Aznar despierte tanto odio entre gente sensata de la izquierda, porque ni él era el demonio ni ahora se ha vuelto loco.  Me entristece ver cómo en ambos lados juzgamos al líder del adversario  sin ningún matiz, sin ningún rubor. Un odio feroz, cainita, que parece sacado de los escritos de los años de la República. Somos los españoles, me incluyo el primero, gente bastante mezquina, viviendo siempre al límite, cicateros a la hora de reconocer al otro y pensando a cada momento que el líder de nuestro adversario representa la degeneración máxima de esas ideas y que el adversario no es alguien con quien alcanzar acuerdos sino un monigote al que zarandear, escupir y denigrar.

Supongo que a la izquierda, que viene de una cultura política historicista y clerical, este tema no le dará qué pensar. Y a la derecha quizá tampoco. Pero a mí sí.

Y qué quieren que les diga, no me gusta esta estúpida excepción cultural española

 

PS: […] Ortega y Sagarra […] Compartían algunas cosas. Pertenecían a otra época, habían gozado de prestigio […] y ahora pasaban sus horas de decadencia, acosados por un régimen que los detestaba y unos adversarios en el exilio que los consideraban claudicadores cuando no paniguados

Morán, Gregorio: El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Fábula, Barcelona, 2002. Página 509

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdiu, veo que las conversaciones de sobremesa del sábado no cayeron en saco roto ;o).

Ya sabe que estoy totalmente de acuerdo con usted,en este país vivimos la política como algo cainita, defendemos nuestras ideas de forma destructiva, escuchamos los medios que nos reafirman en nuestros pensamientos,éstos medios de comunicación son sobre todo generadores de opinión sectaria, perpetuan nuestros prejuicios. Seamos sinceros: nos puede la pasión, somos latinos en la peor concepción del adjetivo.

Esta debería de ser nuestra lucha diaria: construir una cultura democrática.

Anónimo dijo...

quería firmar como Miquel Barceló

Javi (@Treintanyero) dijo...

Duele España, eh?

60 años después...y seguimos igual.

Saludos,

Javi

Pablo Otero dijo...

Al menos ganamos la Eurocopa.

Anónimo dijo...

"Me entristece ver cómo en ambos lados juzgamos al líder del adversario sin ningún matiz, sin ningún rubor."

No empates lo que no está empatado, ni mucho menos. El odio viene de la izquierda y no tiene matices. Me embaucaron con el "todos iguales" (algunos con plena conciencia de ello, otros, como tú, con buena fe) cuando Glez. llegó a la Moncloa después de una campaña sólo algo peor que la del "no a la guerra" contra "la derecha".

A Glez. se lo juzga en la derecha por ladrón, no por socialista. A Aznar lo juzgan por ser de derechas y lo demás, ya lo encontrarán. El paro de la época de Glez. no sirve para descalificar a Glez sino el socialismo. A Aznar su derechismo sirve como una descalificación directa al mismo nivel que el robo y el asesinato de la época de Glez. Si eso no te resulta evidente, pues tú mismo.

Me parece que aún no te has enterado de que "facha" es una descalificación definitiva, mucho más grave para los progres que la realidad de los hecho, robos y asesinatos incluidos.

Anónimo dijo...

El último anónimo tiene toda la razón. El virus moral de la izquierda es tan fuerte que ni siquiera son capaces de reconocer la belleza, tanto interior como exterior, de una estadista de la talla de Esperanza Aguirre.

Saludos liberales

Anónimo dijo...

Su intención le honra sr. Perdíu pero efectivamente el último anónimo tiene toda la razón y lo ha expresado muy bien. Si la izquierda en España fuese honorable habrían elegido a otro partido socialista pero no al PSOE después de su historia reciente. ¿Cómo se explica que políticos que participaron en corruptelas impresentables sigan en activo? No me importa de que lado, pero mientras no asumamos que no es de recibo seguir en política después de determinadas actuaciones no habremos hecho nada.

Benjamín

Anónimo dijo...

Antonio Córdoba ya ha expelido la cagadita en forma de robo de identidad: faltaban datos sobre lo qu es la izmierda, aparece el para aportarlos. Fracasan hasta insultando.

Vete al estercolar.net, rata, serás más feliz entre basura.

Anónimo dijo...

Perdiu, ya ve que a sus correligionarios lo de pensar por uno mismo, ver que en el mundo hay matices de gris, y otorgar el beneficio de la duda al contrario, no les hace gracia... pensamiento único prefieren.

Pero tiene usted razón, en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color
del cristal con que se mira :-)

BAMBI

Anónimo dijo...

"Nada es verdad.." Falso, sin verdades contrastables no habría progreso, aunque les pese a los progresistas. :-)