17.9.13

Sebastian Haffner observa, desde fuera, la Diada Nacional...

Tengo que sentarme un rato a escribir sobre “lo” de Cataluña, pero entre tanto, de verdad, no me digan que ninguno de ustedes no ha pensado, vistas las imágenes, y vistos los niños adoctrinados hasta la nausea, que la banda sonora original de la Vía Catalana hacia una nación  más grande y más libre no  era exactamente esta y ninguna otra:



En ese joven que canta están representados los participantes en la Vía. Por la emoción que pone. Por la pasión con la que canta. Por la pureza de sus sentimientos. Por la modernidad que representa. También está esa parte de la población que, poco a poco, con dudas primero, de manera unánime después, se suma a la llamada de la patria. Esa vieja que, lo sabemos desde que leímos a Connor, pasó llorando.

De fondo, esa sensación de que el futuro es de ellos y de cuando pierdan de manera higiénica el contacto con “los españoles” (de mierda) las cosas serán mejor y aquella será una tierra de la que mane la leche y la miel. Igual que en aquella Alemania de los años treinta…

Lástima que hayan pasado por el siglo XX y no hayan entendido nada.

Pero nada de nada. 

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