Terminamos la última temporada de The Crown, la magnífica serie inglesa sobre la monarquía desde los tiempos de Isabel II y hasta el crecimiento de Guillermo como heredero del trono cuando muera el actual rey Carlos III. Bien rodada, y con un trasfondo ideológico claro -lo de poner a McNulty como Charles no tiene precio-, es un producto cuidado y bien facturado. Muy recomendable:
Y comenzamos la cuarta de True Detective, la serie a la que llegué por la simpar Mireia. De momento, noche y miedo en Alaska.
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