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27.9.05

Iván Tubau

Sigo con el libro de Iván Tubau, Matar a Víctor Hugo. Se anima a cada página, tras un comienzo un tanto espeso, bajo mi punto de vista. Tiene algunas perlas que no me resisto a compartir con mis improbables lectores.
  • (Hablando del Madrid de 1963): "Madrid no es el paraíso. Pero tampoco es Barcelona, esa ciudad hosca e impenetrable [...]. Madrid es otra cosa. Toda está más mezclado, ni siquiera los del barrio de Salamanca son de toda la vida. Nadie es de Madrid en Madrid. Todos lo somos." (pág. 206 de la edición que estoy manejando, que es la del enlace).
  • (sobre la i que, de toda la vida, une los apellidos catalanes): Enric Moreu-Rey [...] demostrará que unir los dos apellidos meidante copulativa latina es copia de la tradición castellana que los unía mediante cópula griega" (pág. 215).
  • (el 68 francés) Acabó también con quienes al parecer terminaron con los partidos comunistas, o sea el gochismo o extrema izquierda, versión Mao (déspota asiático tradicional), versión Trotski (asesino múltiple asesinado), versión Che (iluminado mesiánico asesinado para ilustrar camisetas y paredes). (pág. 246)
Magnífico, creo yo

23.9.05

La memoria dirigida...

Ando leyendo, también, Matar a Victor Hugo, del periodista Iván Tubau. Correcto. Me llama la atención y lo enlazo con las memorias de Mario Onaindía. Si este decía que hasta finales de los sesenta en Ondárroa todos los 18 de julio gran parte de las casas del pueblo sacaban y colgaban en sus balcones la enseña rojigualda, o bandera español para entendernos, aquel, Tubau, habla de los catalanes de Franco, pero no de los grandes, de los importantes, que esos ya lo sabíamos, sino de los de la vida diaria. Aquella emisora llena de camisas azules casi veinte años después de acabada la guerra, aquellos desfiles de la victoria. Luego, donde dije digo digo diego y todo cambió en pocos años.
La realidad no es exactamente la que nos habían contado. Muchos taparon su miseria de colaborar con un dictador a base de hacerse nacionalistas.
Por cierto, en las elecciones de 1977, la federación de partidos de Alianza Popular fue el segundo partido más votado en Ondárroa. Sólo dos años y muchos muertos después, la UCD es la cuarta fuerza política (la UFV que agrupaba a AP ha bajado al séptimo puesto), siendo Herri Batasuna la segunda, con más de un 31% de los votos. ¿Quién ganó ambas? El Partido, claro