2.7.10

Miscelánea vital

Viaje a Portugal. Como siempre, a La Raya. Hay algo en Portugal que me impide ir más allá. Ahora toca la Torre de Moncorvo, con mis amigos de la ACT Duero-Douro. Son una gente fantástica: en Castilla y León la Junta los margina porque la impulsa un alcalde socialista de un pueblecito salmantino; y en Portugal el gobierno los margina porque allí ahora, en la Vila Nova de la Foz Coa, gobierna la derecha. No me digan si, sólo por eso, no merece la pena hacerse los casi cuatrocientos quilómetros. Hoy cena y mañana impulso de una estructura de participación juvenil. Contra el poder, ahora y siempre, resistencia.

Almuerzo con D. Manuel. En el fondo fue como continuar la charla con Jorge el otro día en la cena; el futuro del libro, el futuro de los soportes, el futuro de los contenidos culturales. La locura de Zapatero y el derecho a llevar armas, el mundo barroco como características general de occidente, una vez pasado el paréntesis ilustrado, el español de América y el español de España. Varias recomendaciones cruzadas de libros y una sobremesa fantástica con invitada, además, de excepción…

A la noche, cine con mi alter ego cinéfilo; estuvimos viendo en los Verdi “A propósito de Elly” (el tráiler, pinchando aquí), de Farhadi, en versión original, claro. Buen cine, y una interesante reflexión sobre la culpa, sobre la soledad, sobre la vergüenza y la culpa de salirse uno del camino marcado, sobre el fatalismo de la vida, sobre lo difícil que es ser mujer en algunos lugares. Las diferencias culturales de una sociedad, la persa, mucho más compleja que la imagen que transmiten los medios y situada muy por encima de la locura de sus ayatolás.

Sigo sin luz, pero peor sería trabajar.


PS. Escribiría sobre la sentencia que declara inconstitucional una parte sustancial del dizque Estatuto de autonomía de Cataluña. De lo que supone de varapalo para este ¿gobierno? que lo avaló; del fracaso de una clase política, empezando por el pesecé, absolutamente incapaz de hacer nada a derechas. Pero me da igual, sinceramente. Con su pan se lo coman. Todos, incluido el pp, que ahora parece que se avergüenza de haber recurrido, no vaya a ser que no lo dejen sentarse a la mesa.


PD: "La ortodoxia catalana puede medirse por la distancia existente entre un acto cualquiera y la realidad en la que el acto se inserta. Cuanto mayor es esa distancia, más ortodoxo es el acto en cuestión".

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 227

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