Un tal Molina, director adjunto de la tal Vanguardia. Un editorial breve, penoso. Hay que hacer algo con Madrid. Sin contar con Madrid, claro. Años de inmersión, de prohibiciones, de antipatía, y ahora nos escandalizamos porque la gente ya no quiera ir a Barcelona. Madrid es una "aspiradora" camino de parecerse a una "gran urbe latinoamericana" y por ello va a cambiar "la geografía de los afectos" (jajaja).
Leánselo entero. Si aguantan, claro.
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