13.4.22

De espía a presidente

Me puse a terminar la de Putin, de espía a presidente, que en España ofrece por ahora Movistar. Nadie se puede llamar ahora a engaño, porque Putin ha sido siempre el mismo. Algunas cosas y algunos nombres, de nuevo, que se han ido acumulando mientras todos mirábamos para otro lado:

Asesinado: Boris Berezovksy, dueño de la televisión más importante, pensó que podría controlarlo. Se pasó de frenada al criticar el fracaso de la horrorosa gestión (¿?) que Putin hizo en el caso del Kursk. Se creyó lo del periodismo y la prensa libre y tal. Poco después, Putin le quitó la cadena. Asesinado en Londres, su perfil en la wiki en castellano parece estar elaborado por la basurilla de Rusia Today, por cierto...

Envenenado y asesinado. Su relación con Litvinenko era más personal de lo que yo pensaba. Fue su jefe y (parece ser que) Aleksander le previno contra la corrupción. Su asesino fue Putin a través de Lugovoy. Es impensable que algo así ocurra en un Estado policial sin el impulso de su dirección política. 

Encarcelado. El papel de Jodorkovsky, el primero de los oligarcas, Justo estoy ahora con un documental. Varios años de cárcel para alguien que, en apariencia, creyó en la democracia.

Asesinada, Ana Politkovskaya, periodista a la que matan el día de cumpleaños de Putin por denunciar la corrupción inherente al ecosistema ruso.

Asesinado, también Boris Nemtsov, uno de los opositores que pensó que se podían decir determinadas cosas en la Rusia putiniana. 


Finalmente, el ambiguo papel que han jugado muchos, como Gleb Pavlovsky,  su asesor de comunicación. En fin, Putin no es más que un paleto, un desclasado corrupto y acomplejado. Y todos mirando para otro lado

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