Hoy toca recordar.
Al hermanu que se fue de madrugada.
Al hermanu que siempre será la guitarra el día de mi cumpleaños en el Mesón. Que siempre será el impresor de puño en rostro. Que será siempre Bento. Recordar aquel paseo maravilloso por Ruxinos con el mi cuñado. Aquel recital y aquellas historias compartidas en Ilanes, en Cervantes o en tantos otros lugares de la nuestra tierra. De recordar el parchís del Andurlino...
Es día también de recordar también, la historia del su abuelo que se marchó también un invierno duro y helador. Aquí la tienen, tal y como me la contó hace años.
Recordar sus palabras en un prólogo mágico -un pueblo de emboscados irredentos- que cada año va ganando en profundidad: "Los posibles veranos que nos queden para volver a estar en burrigañas, cuando venga la nada a buscarnos a la vieja usanza: en silencio, como la helada y por Peña Negra, como la niebla”
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