Cumpleaños de Su Majestad. Es cierto que las cosas no han salido perfectas, pero conociendo la historia de España, esto ha salido bastante mejor de lo que pintaba cuando murió el dictador. Larga vida, pues al Rey, y reconocimiento y respeto a su figura.
No sé porqué pero llevo gran parte del día relacionando el cumpleaños de Su Majestad, así como su trayectoria en todos estos años, con un par de sonetos de Borges dedicados al Ajedrez.
I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
3 comentarios:
Perdiu, cuando aún dentro de la blasmefia (estoy exagerando, no se me alteren porfavor)que es afirmar por letra de Borges que a Dios le mueve otro Dios, me alegra ver una afirmación tan clara de la trascendencia de la existencia humana mas allá de este mundo.
Por otro lado, Felicidaes Majesty, solo que cuando quiera juagarse las cartas otra vez con la izquierda...tenga cuidado, siempre hacen trampa.
Una vez mas, se lo tenemos que perdonar, aunque solo sea por salvarnos del Gulag laico-progre-ecolo-nosequé en el nos quieren meter
¿Conoces la obra plástica de un paisano tuyo titulada "El ajedrez y el tiempo·? muy Borgiana.
Una trilogía muy interesante
La desconozco, gracias por la sugerencia, iré a la Casa del Libro a por ella.
Este perdiu y sus lectores no dejan de sorprenderme...
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