Los libros tienen vida propia. Los ejemplares, me refiero. Me dejé olvidado en una peluquería gallega el de Héroes, heterodoxos y traidores de Gaizka Fernández, la historia de Euskadiko Ezkerra, y he tardado casi un mes en recuperarlo. Ahora lo tengo mediado y está siendo una lectura fascinante, con muchos matices que espero poder comentar, aunque sea avuelapluma.
Un primer elemento de interés a destacar es mirar en detalle los resultados electores en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1977. Era la primera vez que en España se votaba en libertad desde la época de la República y se votaba en un clima de crisis económica y social, a la que había que sumar la violencia terrorista en el País Vasco. Así, en aquellos comicios, una parte de la izquierda abertzale, la representada por ETA militar pidió la abstención (LAIA y EHAS, antecesores de Herri Bastasuna), mientra que otra, representada por EIA (Euskadiko Ezkerra) se presentó a las elecciones. Los resultados muestran cómo era aquel territorio al inicio de la democracia, antes de que el nacionalismo incruento impusiera su modelo, su relato y sus fantasías al conjunto de la población.
En Álava participó más del 80% del censo electoral y los comicios fueron ganados con claridad por la UCD, al obtener el 30,86% de los votos. En segundo lugar quedó el Partido Socialista, con el 27,57%. Hay que bajar hasta el tercer puesto para encontrar los resultados del que luego sería el partido guía, y que se quedó con apenas un 17,78% de los votantes.
En Guipúzcoa participó el 76% del censo y si el PNV obtuvo un 30,94%, el PSOE se quedó muy cerca con un 28,07%. La presión terrorista empezaba a hacer mella en un territorio en el que ni la UCD ni AP presentaron candidatos con estas siglas, aunque la suma de sus marcas blancas superó en conjunto el 13% del electorado.
Finalmente, en Vizcaya, la actualmente peneuvista Vizcaya, el partido guía apenas superó el 30% de los votos, seguido muy de cerca por unos socialistas que se alzaron con el 25%, y la UCD en tercer lugar con más del 16% (y AP en cuarto lugar con el 6%).
Pocos años después, y con el centro derecha no nacionalista exterminado, la izquierda no nacionalista acosada, el nacionalismo consiguió imporner su relato y su visión.
Pero las cosas pudieron haber sido de otra manera.
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