30.8.18

Los señoritos no quieren ruidos

Observo perplejo el tratamiento que la prensa local da a las protestas que los domingueros que acuden al pueblo en agosto y los fines de semana han montado contra las granjas de cerdos en varias provincias españolas. Solo se ofrece la visión de los catastrofistas, una visión apocalíptica en la que se entrecruzan medias verdades con falsedades absolutas: en España, desde el año 2000, están prohibidas las macrogranjas, así que señores periodistas, dejen llamarle a todo macrogranjas, por favor. Y el destino de los purines de los cerdos es economía circular de libro. Pero de libro. 
No habrá futuro en la España rural sin empleo. Y una granja es un empleo tan digno como cualquier otro, excepto para los señoritos de la izquierda reaccionaria, siempre tan opuesta al progreso...


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