El final del verano nos ha traído, como mala nueva, el final de los Tadeus en la página 3 de El Mundo. Una visión breve, europea y cosmopolita a nuestra realidad. Insobornable y con un punto de mala leche. A cambio, como se quejaba el maestro Espada, una página editorial con tres temas diferentes, como si hubiera tanto sobre lo que opinar cada mañana. Y como si nos interesara tanto la opinión del periódico.
Menos mal que no todo son malas noticias: llega Andrés Trapiello -hace años que esta debería de ser su casa- y se va la insoportable y pelmaza de la Rigalt, periodista desde la dictadura. Otra que no sabe irse a su casa; la jubilación es de plebeyos, debe pensar...
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