Alguien la suelta y todo el mundo lo repite. Menos mal que hay periodistas como Maite Rico que se toman la molestia de ir a las fuentes. Lo de Qatar está lleno de bulos -la cerveza corre con alegría, me decía esta mañana un empresario español que está allí ahora- y es cierto que hay algo de racismo en todo esto: fuimos alegres al mundial de Putin con Ucrania invadida en 2018, a las olimpiadas de la vergüenza en Pequín y ahora nos rasgamos las vestiduras.
Sois incorregibles.
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