4.8.06

Viaje

Ayer, partido de golf. Después de un año, soy capaz de ganar a alguien. Increible. Lo mejor vino después. Atardecía. Con Suso, Javi, Carolain y Joxemanuel, en apenas tres horas y varias cervezas, montamos y desmontamos una comida para cuarenta con corderos y/o cabritos de Monterrubio, que incluso estuvimos a punto de comprar por teléfono, hicimos un repaso al urbanismo depredador, coincidimos en lamentar a nuestro presidente del gobierno, añoramos nuestra infancia y nos juramentamos para nuevos planes en agosto, cuando lleguen las fiestas que llevamos todo el año preparando. Los amigos, decía David Trueba, no evitan que te sientas solo, pero hacen mucho más llevadero el camino.

Mañana, partimos hacia Bucarest. Como imagino que no tendré mucho Internet, supongo que deberé suspender mi cita con mis desocupados lectores. El camino nos llevará, a Jimena y a mí, a Sinaia, Brasov, Sighisoara, Targu Mures, Maramures, Cluj Napoca, Alba Iulia, Sibiu, Arges y Bucarest. Llevamos en la faltriquera los fantasmas balcánicos de Kaplan (que a Jimena le ha gustado mucho) y el Diario de Mihail Sebastian, que tengo mediado.

A la vuelta, espera Hornuez en Sanabria, y habrá que ejercer de anfitrión como merece.

En fin, espero que el simplón de león no aproveche mi ausencia esta semana para declarar públicamente la rendición preventiva y de carácter incondicional de su gobierno al terrorismo nacionalista vasco.

No hay comentarios: