8.4.07

¿Sabe usted dónde mueren las arias de Händell?

El jueves tocó excursión a Urueña. Se trata de un pueblo fortificado que crece a los pies de los montes torozos, en plena meseta castellana. Hace algunos años, el etnógrafo Joaquín Díaz se estableció en él. Desde el quince de marzo, fecha señalada, funciona la primera Villa del Libro en España. Se trata de una propuesta que nació en Gales hace unos veinticinco años y que convierte al pueblo en una librería dispersa en diferentes tiendas, ubicadas en los recodos de la villa.

Como somos gentes aburguesada, decidimos huir de la autovía y vamos hacia Urueña a través de carreteras secundarias. Al llegar a Toro, tomamos el desvío a Villardefrades. Llueve. El paisaje, cerealístico castellano. El horizonte, lejano. Machado es el mejor antídoto contra la melancolía o el nacionalismo (perdón por la redundancia): Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta / -no fue por estos campos el bíblico jardín-; / son tierras para el águila, un trozo de planeta / por donde cruza errante la sombra de Caín.

Los últimos cuatro quilómetros nos exigen tomar un desvío para la carretera que va propiamente a Urueña. Se trata de una villa amurallada. Aparcamos a las afueras y empezamos el paseo. Hay un total de once librerías instaladas en el pueblo. Todo huele a nuevo. Las librerías se ubican en casas de la localidad, conveniente y finamente restauradas. La primera a la que entramos, Almadí, es de una valenciana que vino aquí con su hijo “para traer a Castilla la cultura del mediterráneo”. Caen las primeras compras. Es peligroso poner una villa como esta al alcance de tres bibliófilos compulsivos y con cuatro duros en el bolsillo, como somos Jimena, su madre y El Perdíu. Seguimos la ruta. Ahora una de viejo. Más adelante, una de esoterismo, luego una de niños, allí una especializada en derecho…

Almorzamos. Todo es tan nuevo que el mesón abre hoy sus puertas al público. El maitre nos pide comprensión, que le damos con una sonrisa. La comida tarda en llegar. A nuestro lado, almuerzan catalanes. Un cuarto de asado y morcilla. Vino, generoso, de los Arribes. Seguimos nuestra ruta por el pueblo. Hay un espacio para la lectura, E-lea, bien restaurado, en el que hay una exposición sobre los orígenes del libro. Aquí se impartirán conferencias y se hará investigación. En sus jardines, que recorro mientras cae la tarde en Castilla, se harán presentaciones cuando el tiempo lo permita.

Llega la hora de partir y hago recuento de lo adquirido: Viajes de Jorge Juan y Santacilia (desde que conocí las desventuras de Malaspina me han empezado a interesar los científicos viajeros españoles del XVIII), Francisco Giner de los Ríos. Pedagogía y poder, de José María Marco (me calentaron tanto la cabeza con Krause y la ILE de adolescente que quiero ver si consigo aclararme) y Velázquez, la Monarquía e Italia, de Luis Díez del Corral (quien ha sido maestro de Carmen Iglesias no puede ser mal pedagogo).

PS: Es aquí donde van a morir la arias de Händell. Así principia el poema que recibe al visitante cuando entra en E-lea

PS 2: cometimos el error de alquilar Extrañas coincidencias (I love Huckabees). Qué espanto de película. Aguanté como un campeón hasta el final para ver si entendía algo… pues nada, ni jota… si pueden, ahórrensela

5 comentarios:

Huber dijo...

Me apunto el sitio, a dos horitas de Madrid y a un paso de Zamora. Perfecto para un fin de semana.

¿Qué tal la comida?

El Perdíu dijo...

El sitio en el que comimos (no recuerdo su nombre, estaba al lado de la librería de niños)correcto. Sabrosos pimientos fritos y espárragos con salmón. La morcilla bien. El asado en su punto. Todo ello regado con durius, del marqués de griñón. Muy recomendable para ir a pasar un sábado diferente...

Huber dijo...

Gracias Perdíu.

Anónimo dijo...

http://www.bangujero.tk/

Anónimo dijo...

Bangujero Urueña. Toda la actualidad y la información de Urueña (Valladolid) en http://www.bangujero.es