Desocupado lector, como lo imagino de naturaleza curiosa y quizá perteneciente a la España ociosa que hoy no pega un palo al agua, le propongo un entretenimiento. Verá, en la Red Telemática Educativa de Cataluña han desarrollado una base de datos con todos los gobiernos españoles desde la muerte de Fernando VII hasta nuestros días (aunque los enlaces sólo funcionan correctamente hasta la época de Primo de Rivera). Incluye, además, útiles reseñas biográficas de los ministros. En fin, más allá de su terminología nacionalista (gobiernos del Estado español, guerra del francés...) resulta útil y entretenida para localizar ministros, gobiernos y épocas.
En la misma Red hay una base de datos también muy relevante. La de los alcaldes catalanes durante la dictcdura del general Franco. Es muy interesante porque si en toda España la mitad de la población fue franquista hasta la muerte (de Franco), en Cataluña todos se convirtieron, por arte de magia, en antifranquistas-de-toda-la-vida tras morir el dictador. Pero hubo catalanes franquistas. Los alcaldes de Gerona, o de Vic, o de muchas otras poblaciones que ahora tienen label de catalanidad por los cuatro costados, así como expedientes de limpieza de sangre inmaculados, no fueron alcaldes llevados desde Burgos. Fueron de allí. Franquistas gerundenses, vallesanos, ilerdenses, con apellidos tan poco sospechosos como Bonet, Sagalés, Camps, Font, Puig, Capdevila, Prats, Moll...
Cita:
[...] el nuevo régimen había disuelto todos los franquistas catalanes. En realidad, había hecho como si esos hombres no existieran y, lo que tiene mayor mérito, como si no hubieran existido nunca. He pensado a menudo en un doble y curioso fenómeno. Por un lado, los franquistas querían desaparecer del mapa para que nadie les pidiera cuentas y para reaparecer acaso, blindados por el olvido, años más tarde. Por otro lado, el catalanismo emergente necesitaba presentar la imagen de un país homogéneo. Un país empeñado en demostrarse a sí mismo que había sido bello, bueno y sagrado. Sin fisuras, sin franquistas.
Contra Catalunya, Arcadi Espada, Flor del Viento, 1997.
En la misma Red hay una base de datos también muy relevante. La de los alcaldes catalanes durante la dictcdura del general Franco. Es muy interesante porque si en toda España la mitad de la población fue franquista hasta la muerte (de Franco), en Cataluña todos se convirtieron, por arte de magia, en antifranquistas-de-toda-la-vida tras morir el dictador. Pero hubo catalanes franquistas. Los alcaldes de Gerona, o de Vic, o de muchas otras poblaciones que ahora tienen label de catalanidad por los cuatro costados, así como expedientes de limpieza de sangre inmaculados, no fueron alcaldes llevados desde Burgos. Fueron de allí. Franquistas gerundenses, vallesanos, ilerdenses, con apellidos tan poco sospechosos como Bonet, Sagalés, Camps, Font, Puig, Capdevila, Prats, Moll...
Cita:
[...] el nuevo régimen había disuelto todos los franquistas catalanes. En realidad, había hecho como si esos hombres no existieran y, lo que tiene mayor mérito, como si no hubieran existido nunca. He pensado a menudo en un doble y curioso fenómeno. Por un lado, los franquistas querían desaparecer del mapa para que nadie les pidiera cuentas y para reaparecer acaso, blindados por el olvido, años más tarde. Por otro lado, el catalanismo emergente necesitaba presentar la imagen de un país homogéneo. Un país empeñado en demostrarse a sí mismo que había sido bello, bueno y sagrado. Sin fisuras, sin franquistas.
Contra Catalunya, Arcadi Espada, Flor del Viento, 1997.
2 comentarios:
El fariseismo y falsedad que demuestran ahora, ciertos dirigentes y militantes de Convergencia y sobretodo de Unió, es una consecuencia de los interminables años de sumisión y colaboración que tanto intentan ocultar ahora.
Una vergonzosa manera de defender el ideario, donde el viento que más sople será el que los lleve a un puerto o a otro. Gracias a gente como ellos el dictador murió de viejo y en la cama.
Aún así, su visión del destino y el presente de Catalunya son tan respetables como los míos o los del señor Espada
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