25.4.07

Llueve

Llueve. Día viajero. De Rivas a Toledo y tiro porque me toca. En Parla, el diluvio. El almuerzo, reflexivo. Veo con agrado que por fin, tantos años después, una pequeña parte de la izquierda española da la cara por Israel. Ya era hora. Quizá haya todavía esperanza y la que vemos a diario no sea la cara verdadera o al menos duradera de la izquierda española.

En fin, no me voy a detener mucho en el tema hoy, pero lo que pasó ayer en el Parlamento es muy grave. Si este fuera un país serio ya hubieran rodado cabezas, entre ellas la del candidato nombrado a dedo por el simplón para la alcaldía de Madrid. El directivo de un organismo regulador acusa al equipo económico de La Moncloa a jugar a que España es un cortijo y ellos cobran la entrada. Lo que Conthe dijo ayer debería sonrojar a este gobierno. Si tuvieran vergüenza, claro. El problema es que el regulador se creyó lo que dice la ley sobre su cometido.
Nadie le contó el lema del simplón: “las palabras deben estar al servicio de la política”. Y así nos va.

Lectura incorrecta para hoy. Benigno Pendás hablando de patriotismo.

¿Desde hace tiempo me cuestiono una serie de cosas: ¿cuál es el destino de un escritor en un país del que todos huyen? ¿Quedarse y no tomarlo en consideración, seguir viviendo “sin enterarse”? ¿O huir, y después decir con orgullo que uno es “un exiliado”? ¿Cuál de las dos opciones es menos dolorosa? ¿Cuál de ellas es una derrota?

Andrujovich, Yuri: El último territorio. Acantilado, Barcelona, 2006. Pág. 129

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para que luego digan que el clima no se ha vuelto loco ¿quién ha visto nunca llover de esta manera en medio de una sequía?