20.7.07

Piqué

Se ha ido Josep Piqué. Me cae simpático. En realidad, con el pepé de Cataluña tengo un problema, y es que los dos sectores (el que a brocha gorda podríamos llamar no-catalanista de Vidal y el que a brocha gorda también podríamos llamar catalanista de Piqué) me resultan atractivos e interesantes. Por un lado, el pepé de Vidal impugnaba de raíz de la farsa en la que se ha constituido la política catalana desde 1979: un país que se construye y que camina. Pese a que hay pruebas evidentes de dicha farsa (no hay más que ver lo que le importaba a los catalanes el nuevo Estatuto) el pesecé se ha sumado a ella con la alegría que da la ausencia total de convicciones. Esa farsa que dice que la única forma legítima de estar en el espacio público catalán es siendo nacionalista. Que la única forma de ser catalán es ser catalanista. Que en el Parlamento de Cataluña sólo debe hablarse en catalán. Que España es plural pero Cataluña es homogénea. La farsa que supone que en una Comunidad Autónoma en la que el primer apellido más común es García, no haya ningún diputado que tenga ese apellido en primer lugar. La farsa, en suma, de un espacio público secuestrado por una clase política analfabeta, provinciana y acomplejada. Pues bien, hasta la aparición de Ciudadanos, el único partido que había impugnado esta construcción social de la realidad había sido el pepé de Vidal.


Pero por otro lado, el sector que representa Piqué es, estratégicamente, un sector del partido más capacitado para captar votos de nacionalistas tibios que hasta ahora votan a Convergencia o a Unión y que tienen una mala imagen del pepé (no hay más que leer un par de meses el fancine de zeta o de prisa para que te creas que Aznar es Satanás y Acebes una mezcla de ganster-pedófilo-genocida). Esa gente, digo, es posible que se sienta más cómoda votando al pepé de Piqué que al de Vidal. Y ahí tiene el pepé un buen caladero de votos. Porque es posible que CiU acabe desapareciendo a medio plazo, y una parte de sus votantes, los más neandertales, se vayan con las camisas pardas de la esquerra a romper escaparates judíos, o a quemar libros heréticos y otra se quede en tierra de nadie, con posibilidades de ser atraída bien por un partido de corte liberal-conservador tibiamente catalanista, como podía ser el pepé de Piqué, o bien por una nueva versión de CiU en versión menos identitaria.

En cualquier caso, suerte a Piqué, y suerte a los nuevos dirigentes del pepé en Cataluña. La van a necesitar.


PS: Casi cuatro años después, por fin la vicepresidenta, la señora esta que es tan generosa cuando viaja a costa del erario, ha dicho algo coherente. No es que parezca que sobran la mitad de los ministerios, es que sobran.


7 comentarios:

Armando dijo...

Jeje,

Ahí, ahí, dándole.

PS: Me parece una mala noticia para la política en general y catalana en particular y una buena noticia para el PP

Anónimo dijo...

Perdiu, le quiero hacer una pregunta porque me interesa de verdad su opinión. Se que aunque puede simpatizar con el PP no milita en él e intenta ser bastante objetivo.

Asi pues, si le parece puede decirme en pocas lineas que piensa de Acebes.

Es para usted un activo a conservar en el PP o quiza lo está lastrando por estar ya muy quemado y representar una facción poco atractiva electoralmente de lo que es el partido.

Gracias

El Perdíu dijo...

Le cuento mi opinión. Los partidos modernos son denominados por la doctrina “catch-all-party”, es decir, partidos que buscan votos de todos los lugares y que quieren llegar a todo el espectro de votantes. En esta línea, los partidos presentan varios matices que les sirven para conectar con diversos tipos de electorados. En este sentido, creo que Acebes representa a un perfil del electorado del partido, más conservador y de raíz quizá democristiana, que tiene adeptos en diferentes perfiles sociológicos del centro y de la derecha española. Otra cosa es que la imagen pública que se ha construido Acebes y de Acebes sea claramente mejorable. Creo que fue un aceptable ministro de Administraciones Públicas y un aceptable ministro del Interior. Me gustaría ver el rendimiento que la mitad de la clase política española hubiera dado si hubieran estados de ministros aquéllos infaustos días de marzo.
Dicho todo esto, a mí Acebes me deja un poco indiferente. No es mi perfil de político, ni el tipo de político que espero en el pepé, pero entiendo que el pepé tiene muchos tipos de electores y tiene que contentarlos a todos.
Respecto a si es un activo o no, pues la verdad es que no tengo ni idea. Los partidos no son sólo máquinas de ganar elecciones; también son organizaciones complejas en las que se establecen una serie de relaciones de poder que no son sencillas de observar desde fuera. Suárez dijo una vez, tras haber dimitido: “hubiera dado un brazo y los tres años de gobierno por haber tenido un solo día de poder real en el gobierno”. Quizá Acebes está porque tiene mucho poder interno y Rajoy no puede echarlo. Quizá está porque efectivamente representa a un electorado que hay que atender.
Creo que en Cataluña no parece un tipo con buena prensa entre un perfil de electorado no nacionalista que podría votar al pepé de Piqué. Pero quizá esto se compense por los votos que pueda ganar con su imagen de hombre firme frente al separatismo.
Ah, la política: ese patinador que sale a patinar sobre una pista de hielo. En parte va donde quiere. Y en parte, donde le llevan esos malditos patines.

Anónimo dijo...

Gracias por la rápida y prolija respuesta.

Básicamente de acuerdo en la necesidad de los partidos de llegar a un amplio espectro (Acebes en el PP, Bono en el PSOE...) como estrategia de supervivencia.

Es interesante ver como esa misma estrategia (intentar contentar a todas las facciones), en otros partidos como ERC, puede precipitar su propia desaparición (figurada) de la escena política, dejándolos en algo residual... y si no al tiempo!

Buen fin de semana, zamorano, me atrevo a aventurar!!

Anónimo dijo...

Yo no creo que los "moderados" de CIU le voten nunca al PP ni aunque esta se hundiera. En ese caso se formaria otro partido sobre los escombros de esta mas o menos con el mismo programa y con los mismos hombres.

En cambio, Piqué alejaba del PP a todos los castellano hablantes de Hospitalet y zonas similares que si bien tienen el reflejo de "izquierdas" tampoco estan satisfechos con un PSOE convertido al nazional catalanismo y que vé a sus hijos fracasar en la escuela por obra y gracia de la inmersion linguiistica. Sin contar que vén que el sueño catalanista va a convertir esos hijos en inempleables feuera de Cataluña (con ñ).

Como dije tienen un fuerte reflejo Pavloviano de votar PSOE haga este lo que haga. Pero también tienen hijos y vén que se les está destruyendo su porvenir.

Anónimo dijo...

Me pasa como a usted Sr. Perdíu, me cae bien Piqué, pero me alegro mucho de su marcha. Soy tan ingenuo que aún creo en los principios, la batalla ideológica es esencial. Opino lo mismo que Don Alejo, “el proyecto del PP debe ser de confrontación ideológica con el nacionalismo hegemónico rotunda y sin complejos". Yo no lo entiendo de otra manera, y me parece que muchos votantes del PP huiríamos decepcionados si eso no se produce.

Butzer dijo...

A mi en líneas generales en lo que se refiere a la persona pública de Piqué nunca me ha caído bien, serían manías mías.
En cuanto a la postura de este en el PP, pienso que cada vez ser parecía el partido a CIU, y para tener una mera copia, la gente prefería votar al original.