Ahora que anda el patio revuelto con lo de la memoria histórica me va a permitir, desocupado lector, que le recomiende un libro para este verano. Su autora es la profesora de
Pero no quiero hablar demasiado del libro. La autora cita en el libro un brindis que Simón Bolívar pronunció en 1820 y que, humildemente, creo que debería figurar como único artículo en cualquier ley de memoria histórica. Y creo, también, que debería figurar, esculpida en piedra en algún lugar y como único recuerdo de la brutal guerra civil que sufrieron nuestros abuelos:
“A la heroica firmeza de los combatientes de uno y otro ejército; a su constancia, sufrimiento y valor sin ejemplo. A los hombres dignos que, a través de males horrorosos, sostienen y defienden su libertad. A los que han muerto gloriosamente en defensa de su Patria o de su Gobierno. A los mandos de ambos ejércitos, que han manifestado su intrepidez, su dignidad y su carácter. Odio eterno a los que deseen sangre y la derramen injustamente.”
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