23.8.09

Sexto día. 9 de agosto

Es domingo. Incluso en un país tan al norte. Así que nos quedamos en casa. Nuestro primer intento es con unas bicis. Nos acercamos al pueblo y luego volvemos. A tumbarnos al césped junto al lago. Una delicia. Voy rematando Gomorra. Me baño en el Saimaa y nado de un lado para otro. El agua está fantástica, bendito cambio climático. Algo de música, también, pero menos. Cuando Jimena deja libre el ipod, voy viendo, a ratos, una de las conferencias del ciclo de Carmen Iglesias. Magnífica, como siempre. Los antecedentes de la revolución del sesenta y ocho en nuestro país. Cuando llega la hora de comer, volvemos a la Manor House. Hoy toca comida Rusa. Irina, de San Petersburgo, es la cocinera. Un paté delicioso. El vino, de la ribera del duero. La tarde se nos escurre de entre las manos; primero un paseo a pie, luego en bote. Sí, en bote; tras algunas peripecias iniciales (bote con tapón, toma ya), salimos a pasear el Saimaa. Remé de pequeño, pero el remo se olvida, descubro a la segunda palada. Cerramos el día con piscina y sauna. Sauna y piscina. La dura vida, ya saben, del deportista de élite.

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