¿Un día cualquiera? Levantarse. Irse a la Villa. Desayunar con calma. Olvidar el reloj durante un rato. Oler. Saborear. Hacer varias compras, recoger unas tortillas. Ir para casa. Poner la mesa. Ser casi quince. Lavar y cortar la ensalada. Ir recibiendo a los amigos. Ver al Ingeniero sanabrés llegar puntual. Abrir varias botellas de cero. No sentarse. Ir almorzando. Los postres. Más amigos al café. Las risas. Los cánticos. La sobremesa. Larga. Promesas. Sentarse en el quicio y ver caer la tarde. La luz de agosto sobre la montaña. Caras que cambian. Sonrisas que se quedan cuando uno se muestra tal cuál es. Tal cual siente. Será por la luz. Será por agosto. Será por esta tierra.
Definitivamente no, no fue un día cualquiera.
Un placer tener a tantos amigos reunidos, un año más, en la Bodega, celebrando el inicio de las fiestas de agosto.
1 comentario:
¿Bodega?
Ains...
Publicar un comentario