4.10.12

Más cine, también en días grises


Acabada la boda de mi mejor amigo, en el ciclo de la Roberts. Comedia romántica y algo alocada. Buen papel de ella y muy bueno el de Ruper Everett. Al fondo, una reflexión ligera, aderezada con toques de humor, sobre el paso del tiempo, el coste de oportunidad y la necesidad de tomar decisiones precisamente cuando a uno lo que menos le apetece es tener que tomar decisiones. Pero no se puede ganar siempre. Ni se puede tener todo. Asumirlo es madurar. Por eso el proceso de maduración está ligado, de manera inevitable, a la sabiduría y a un cierto escepticismo.

Tengo pendiente la última de Allen, a Roma con amor, ver si hago un hueco. Y no me preocupa que digan que es floja. Su peor película siempre es como poco similar a la mejor de muchos (uno se debe también a sus debilidades).

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