Hace ya casi ciento cuarenta años. Publicado el otro día, en La Opi. A cargo de Jesús Martín Ramón. Se iban a América. Y a Portugal. Y a las Minas. Con un jamón al hombro. Como aquel Manuel Fernández. Casado en 1883 y que debió de morir por una explosión en Río Tinto en 1886 ó 1887, dejando a su mujer Petra viuda y con tres hijos.
Aquella vida.
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