14.6.18

Elogios

Peridismo pastel a cuenta del nuevo gobierno. Da un poco de vergüenza ajena, la verdad. Muy lúcido Francisco Pascual el domingo en El Mundo, a vueltas con este tema: "Y no hay que recurrir a los partidarios -uno enciende la cadena Ser y queda tan impregnado de miel que teme que lo ataque un oso Grizzley-, sino a los contrarios, que apenas aciertan a musitar un acomplejado "parece sólido". Resulta que puede haber ministros guapos, risueños, exitosos en vida privada y que no miren a un micrófono como a una cucaracha en el plato de sopa. Y ministras. Resulta que no tiene que ser uno técnico comercial del Estado o top three en la Abogacía del Estado, ni mirar por lo alto de las hombreras al resto de la ciudadanía, para asentar sus posaderas en La Moncloa."

1 comentario:

Anónimo dijo...

A una sociedad posmoderna emotivista le corresponden unos políticos que exhiban sonrisas, buenismo y despliegues de pureza y sentimientos edulcorados. Ahí está el ejemplo del Aquarius. Un nuevo puritanismo o fariseísmo, pero ahora sentimental.