Tengo mediado el libro de Los senderos del mar, editado por Acantilado.
Una idea buena, desarrollada con demasiada prisa o quizá varias imprecisiones por parte de María Belmonte. Nos sigue fallando algo en España a la hora de hacer literatura de viajes, porque no consigo leer ninguno deslumbrante. Aquí hay mucha bobada personal (qué desayunó la autora, lo cansada que llegó) intercalada con reflexiones muy interesantes. Un libro irregular con detalles muy buenos. Lo leo y pienso por ejemplo en mis abuelos, en alguno de mis profesores, o en los viejos amigos: “Es curioso cómo permanecemos unidos a personas durante toda la vida sin siquiera echarlos de menos, personas que en algún momento fueron importantes y a las que ahora ni siquiera reconoceríamos”
Una idea buena, desarrollada con demasiada prisa o quizá varias imprecisiones por parte de María Belmonte. Nos sigue fallando algo en España a la hora de hacer literatura de viajes, porque no consigo leer ninguno deslumbrante. Aquí hay mucha bobada personal (qué desayunó la autora, lo cansada que llegó) intercalada con reflexiones muy interesantes. Un libro irregular con detalles muy buenos. Lo leo y pienso por ejemplo en mis abuelos, en alguno de mis profesores, o en los viejos amigos: “Es curioso cómo permanecemos unidos a personas durante toda la vida sin siquiera echarlos de menos, personas que en algún momento fueron importantes y a las que ahora ni siquiera reconoceríamos”
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