13.1.22

Sobre el mundo que se fue

Aprovecho los ratos muertos para actualizarme en las revistas. Estaba con el número de Letras libres sobre los clásicos y me detengo en esto de Pablo Maurette. El último párrafo es magnífico: el mundo ha cambiado y muchas de las referencias clásicas quizá ya no sean tan fácilmente entendibles por el público de tipo medio. Lo pongo casi entero: "Durante más de dos milenios, la educación y la cultura en Occidente se centraron en el legado de Grecia y de Roma. Desde ya que Platón, el primer educador de Europa, no necesitaba aclararles a sus interlocutores quién había sido Aquiles. Pero, seis siglos más tarde, Plotino entiende que sus alumnos todavía saben lo que le pasó a Narciso. Y un milenio después, Dante no se detiene a desasnar al lector sobre por qué Bruto fue a parar al noveno círculo del infierno. Shakespeare da por sentado que su público sabe qué clase de hombre era Ulises. Thomas Mann cuenta con que su audiencia haya visto imágenes del spinario, la estatua clásica del joven efebo sentado extrayéndose una espina de la planta del pie. Y a Borges no se le ocurre explicar quién es el Minotauro cuando imagina el fluir de su consciencia. Esto empezó a cambiar después de la Segunda Guerra Mundial con la desaparición progresiva de las lenguas clásicas de los currículos en escuelas y programas universitarios. El mundo en el que uno no necesitaba un diploma en letras clásicas para saber qué castigo habían sufrido por su jactancia Níobe, Marsias y Aracne; el mundo en el que un abogado comprendía el dilema de Antígona o conocía el sentido literal de la frase “cruzar el Rubicón”, y una bióloga podía utilizar en conversación el verso timeo Danaos et dona ferentes, o el apotegma panta rei, y sabía lo que era un ablativo absoluto, ese mundo ya no existe. Una combinación de pragmatismo exitista, que considera que el estudio de los clásicos “no sirve para nada”, y el afán iconoclasta de las fuerzas progresistas por reformular el canon, considerado obsoleto, eurocéntrico y perpetuador de dinámicas de poder colonialista, ha resultado en un olvido colectivo que se intensifica cada día más. En un par de generaciones, el griego y el latín serán lo que son hoy el copto y el arameo, áreas de estudio minúsculas estudiadas en un puñado de instituciones de élite".

Un mundo que se fue…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Frente a la ignorancia, el cinismo y la esclavitud intelectual y emotiva que nos inducen, espero que siempre queden tres o cuatro que sigan haciéndose las eternas preguntas de fondo y se acerquen al saber permanente que se rebela contra la dictadura de la moda inmediatista.

Es un consuelo saber que hubo un solo Sócrates y hoy es eterno, mientras sus innumerables rivales sofistas y tecinicistas han quedado en la irrelevancia del olvido. Así sea.
–Malcontent