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30.12.14

El año de la Consulta

Se acaba el año de la Consulta, que también fue el año de la invasión soviética de Ucrania, y yo no puedo evitar, desocupado lector, traer a Andrujovich hoy y recordar sus sabias palabras. Sobre su país y también, qué cosas, sobre Cataluña:

"Contamos con la superioridad de la mitología, porque en esta parte del mundo la mitología suple a la historia; aquí los relatos familiares gozan de mayor importancia y credibilidad que los libros de texto. Aquí, en cierto modo, la historia no es más que una variante de la mitología."


Andrujovich, Yuri: El último territorio. El Acantilado, Barcelona, 2006. Página 70

4.3.14

Ucrania a través de los ojos de otros...

Recomendaciones para conocer cosas de Ucrania que no salen en los telediarios ni en los tuits

Una buena lectura para acercarse a Ucrania y a sus problemas actuales, es la de Yuri Andrujovich en El último territorio. Hace años hablamos de él aquí. Un magnifico conjunto de ensayos sobre la Ucrania de la independencia y los problemas de articulación de un país escindido entre el alma de los Habsburgo, al oeste, y la de los zares, al este. Un autor, otro más, acercado por el Acantilado, y perdido en algún aeropuerto nórdico, o eso me dijo...

Para ir más allá, para bucear en la historia, creo que ningún libro como el de Mar Negro. Cuna de civilización y barbarie, de Neal Ascherson. Un libro tan fascinante como sorprendente para entender lo que ocurre en la ribera de aquel mar, para conocer historias como las de los caratíes de Crimea.  Para conocer, en fin, que hubo un pueblo, los laz, del que yo me hice ciudadano adoptivo por mi cuenta y riesgo hace muchos años...

Buenas lecturas, desocupado lector.

No se las pierda. Si es que quiere enterarse de algo, digo...

21.4.13

Los generales de las últimas guerras...

Se llamó Zbigniew Herbert y fue un poeta en lengua polaca, nacida en la vieja  Leópolis en 1924. La hermosa Lvov, allí donde Yuri Andrujovich me enseñó una tarde de abril a mirar el último territorio. Luego ella lo perdió en un avión, pero supongo que esa es la historia de mi vida: mujeres que se van dejando mis cosas olvidadas a cada vuelta del camino... 

Se llamó Zbigniew Herbert y el otro día, revolviendo entre su poesía completa, me encontré con unos versos serenos que me sirvieron de contraste mientras apuraba, con tantos años de retraso, Los puentes de Madison.

Las excusas frente a la serenidad de saber afrontar lo inevitable.

Disfrute estos versos, desocupado lector. 

Qué pena no haber sabido ser  Tucídides en su momento:

"Los generales de las últimas guerras / gimotean de rodillas ante la posteridad / se glorian de su heroísmo / e inocencia / inculpan a sus subordinados / a los colegas envidiosos / y a los vientos hostiles. / Tucídides se limita a decir / que disponía de siete naves / era invierno / y navegó con rapidez." 

26.4.07

Un país entre dos mundos

Habrá observado el desocupado lector que últimamente he citado algunas frases de “El último territorio” libro a medio camino entre el ensayo y el divertimento del escritor ucraniano Yuri Andrujovich. El libro fue publicado por Acantilado, magnífica editorial catalana que nos está descubriendo infinidad de autores europeos.

Se trata de una suma de ensayos escritos en los años noventa y que reflexionan sobre temas diversos relacionados todos ellos con su país de origen: la historia de Ucrania, su compleja relación tanto con occidente como con oriente, la figura de Taras Shevchenko, el desastre de Chernobil, la lengua ucraniana, la emigración, Galitizia... El autor sigue un poco la línea de Magris y el resultado es un buen libro que sirve, creo yo, para realizar un primer acercamiento a la complejísima y (al menos para mí) desconocida realidad ucraniana. Nos permite llegar a dónde no llegan los periódicos, que suelen quedarse en que el país está dividido en dos mitades, una prooccidental y otra prorrusa, y que únicamente se interesa por el país cuando hay fútbol o cuando hay disturbios.

Me cae bien Andrujovich además, porque, siendo un escritor que escribe en ucraniano, se ha traducido él mismo al ruso y en el libro adopta en general una postura bastante respetuosa con los ucranianos que hablan ruso, lejana del nacionalismo ucraniano en el que ha sido encasillado alguna vez.

En fin, si les interesa conocer algo de Ucrania, un país fronterizo, no dejen de leerse este libro.

PS: todo el día llovío, toda la noche lloviendo, quiero estar donde tu estés...