29.7.05

Acabo ya con el libro de Lodares

  • El mito de Babel refleja el desprecio de tribus nómadas por culturas urbanas, la sumeria, superiores a la suya. El tribalismo es, para la cultura israelí, la épica ejemplar. Babel no es pues, el mito de confusión de lenguas, sino el de separación de las gentes. En realidad, la gente no se separa porque hable lenguas distintas, la gente habla lenguas distintas porque se ha separado.
  • Concepto brillante: "Estupideces convencionales, de Steven Pinker en El Instinto del Lenguaje. Madrid, Alianza, 1995. Son ideas sobre las lenguas sin el más mínimo sentido común pero que mucha gente cree.
  • La UNESCO ha pasado de defender derechos y libertades a defender identidades culturales. Citado por Juan José Sebreli: "El asedio a la modernidad". Barcelona, Ariel, 1992.
  • En fin, que la Iglesia, como sospechábamos, no quería formar españoles, sino católicos, y por eso predicaba en su lengua más cercana, en Gerona o en Potosí. Eso ya lo decía Álvarez Junco, el matiz que añade Lodares es que, además, al predicar en una lengua que no servía de koiné o lengua franca con otras colectividades, era más fácil que no entrara en estos lugares, básicamente rurales, literatura ni ideas disolventes, básicamente marxistas o liberales.
  • Que la castellanización de América es básicamente obra de las élites criollas tras la independencia, cuando quieren construir un Estado nacional, no de la Monarquía Hispánica.
  • Que hasta la guerra civil, la derecha sigue defendiendo el valor de las lenguas regionales frente al uniformismo liberal, y la izquierda desprecia y clama por la erradicación de dichas lenguas. Cada vez veo más claro que es el franquismo, más bien su duración, lo que nos saca de la historia.
El libro, ya lo dije Lengua y Patria, de Juan Ramón Lodares. Editado por Taurus.

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