14.11.12

¿Inviolabilidad de una legación? ¡Quía!


El buen cine es aquel que te lleva a otras vidas nada más sentarte en la butaca. Estábamos en el mundo de mi infancia. Era 1979 y una horda de fanáticos, sacada directamente del siglo XII, no sólo ponía fin a la corrupta (y modernizadora) monarquía del Sha, sino también a los afanes de libertad de la clase media urbana persa, que fue aplastada sin contemplaciones por un gobierno, ya digo, venido del mundo del Mahdi. Este nuevo y asesino gobierno, saltándose todas esas minucias de la modernidad, invadió la legación estadounidense, dando pie a lo que se conocería como la crisis de los rehenes. La historia desconocida es que seis de los funcionarios se refugiaron en la legación canadiense. Se trataba de una situación  precaria porque era cuestión de tiempo que los enloquecidos gobernantes se dieran cuenta de que algunos rehenes habían escapado, por lo que se puso en marcha una operación secreta, hermosamente denominada Argo, para liberarlos sin levantar sospechas.

Buen cine, con un Affleck interesante y con un guion bien trenzado.

Un film inteligente, entretenido, que te mantiene pegado a la butaca literalmente hasta el último momento.

¿Se le puede pedir algo más a una película?

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