29.11.12

Pero hay verdades que merecen nuestra atención, y hay otras con las que no conviene mantener diálogos.


Estuve viendo El indomable Will Hunting. Al fondo, Boston y aquel MIT de leyenda. Una ciudad construida sobre la colina. La Norteamérica colonial, otro lugar en el que vivir en alguna de mis siguientes vidas. Hacen un buen papel un alocado Affleck y un joven Damon, en la peli que los lanzó a la fama. Estaban acabando los noventa y yo aún seguía en la facultad… qué cosas. Entonces no sabía que hay fantasmas que nos persiguen, fruto de lo que fuimos o de lo que imaginamos que fuimos. Fantasmas poderosos, que habitan en nosotros y que pueden perseguirnos sin tregua, martirizándonos cada noche con sus recuerdos. Nos construimos contra ellos, pero también con ellos. Como experimenta el protagonista, atributos como la inteligencia o la lucidez pueden ser una maldición si uno antes no ha aprendido a vivir consigo mismo. El duelo entre Williams y Damon es quizá lo más interesante de la película. Un buen guion; en una película reflexiva que cuenta más de lo que parece... al fin y al cabo, como nos recordó Yanes, nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto…


PS: Sánchez Piñol nos recordó una vez que: Mai no som infinitament lluny d'aquells qui odiem. Per la mateixa raó, doncs, podríem creure que mai no serem absolutament a prop d'aquells qui estimem. Quan em vaig embarcar ja coneixia aquest principi atroç. Però hi ha veritats que mereixen la nostra atenció, i n'hi ha d'altres amb les quals no ens convenen els diàlegs


PD: En Labacete. Tenía que decirlo

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