Ando con varias cosas a la vez. A ver si puedo irlas comentado.
El narrador grave que imagina siempre Antonio Muñoz Molina me acompaña esta vez hablándome de Todo lo que era sólido: sólo el título ya merece una lectura. A mayores, estoy también con a fascinante historia de un manuscrito hallado por Poggio Bracciolini en 1417 en el oscuro monasterio de Fulda y que dio lugar a El giro, de Stephen Greenblat. Me puse también con El pacto de los asesinos, un papelillo de Max Gallo, novelando la vida de esa mujer fascinante que fue Margarete Buber-Neumann.
Y por último, mediado ya el magnífico libro Incógnito, de David Eagleman. cómo funciona el cerebro y qué cosas sabemos de él. Sencillamente magnífico.
El narrador grave que imagina siempre Antonio Muñoz Molina me acompaña esta vez hablándome de Todo lo que era sólido: sólo el título ya merece una lectura. A mayores, estoy también con a fascinante historia de un manuscrito hallado por Poggio Bracciolini en 1417 en el oscuro monasterio de Fulda y que dio lugar a El giro, de Stephen Greenblat. Me puse también con El pacto de los asesinos, un papelillo de Max Gallo, novelando la vida de esa mujer fascinante que fue Margarete Buber-Neumann.
Y por último, mediado ya el magnífico libro Incógnito, de David Eagleman. cómo funciona el cerebro y qué cosas sabemos de él. Sencillamente magnífico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario