3.4.19

Terroristas, pero de los buenos

Un tal Ramón Aymerich, el otro día, en La Vanguardia. Confesó el asesino Cesare Battisti. La descripción de Aymerich es tan impagable como el tono del artículo: habla de muertes (¿fueron accidentes?). En aquella Italia la izquierda practicaba la guerrilla urbana, con el tono épico que eso tiene, mientras que la derecha llevaba a cabo "grandes atentados". Aldo Moro fue ejecutado, no asesinado, los  asesinatos  de Battisti fueron "acciones armadas" (¿alguien se imagina a un periodista calificando así los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha?). ¿Y las víctimas? Algo habrían hecho. El final del artículo está al nivel del resto del texto: nos explica Aymerich que uno de los "ajusticiados" por la extrema izquierda italiana en aquellos años era un joyero (quiere decir rico) de extrema derecha (quiere decir culpable) propenso a defenderse a tiros en los atracos (un pistolero, vamos).

Que el periodismo está en crisis, dicen...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ganaron (les dejaron ganar) la batalla cultural, mientras las derechas se dedicaban a "gestionar" las cuentas. No es el qué, es el quién.