Siempre estamos en decadencia. Siempre estamos al final de todo. Esto se acaba. Hace cien años del concurso que cambió la historia del flamenco y el Cultural de ABC nos recordaba que: "En 1830, de hecho, el escritor Serafín Estébanez Calderón ya describió en la revista ‘Cartas Españolas’ una escena harto ilustrativa en este sentido. Contaba que en una fiesta del barrio sevillano de Triana presenció la reprimenda del considerado primer gran cantaor de la historia, Antonio Monge ‘El Planeta’, a su discípulo por no seguir la tradición: «Te digo, Fillo, que esa voz de broncano no es de recibo. Y el estilo no es fino ni de la tierra. Te pido que no camines por esas aguas y te atengas a la pauta antigua». Medio siglo después, Demófilo, padre de los hermanos Machado, arremetió en su ‘Colección de cantes flamencos’ (1881) contra Silverio Franconetti por sacar el cante gitano de las casas y profesionalizar. Como Falla en 1922, creía que eso «acabaría por completo» con el flamenco puro.
Nada nuevo bajo el sol...
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