2.9.22

Tres cosas

Ahora vuelve el rojerío estatal a Fukuyama, tras años riéndose de él sin haber entendido el sentido de el fin de la historia. Traía el domingo el diario feminista un extracto de su próximo libro "El liberalismo y sus desencantados". Ideas básicas:

1. Es necesario para que una sociedad funcione que haya un alto nivel de confianza en el gobierno

2. Esto no va tanto de tamaño o alcance como de calidad: un gobierno impersonal que trate a todos de manera equitativa y uniforme.

3. Sin libertad de expresión real, no hay democracia posible. Y esta libertad incluye la protección de las identidades individuales frente a la presión de las colectivas... 


Este párrafo: “ Las personas no están nunca plenamente definidas por la pertenencia a un grupo, y continúan ejerciendo su voluntad individual. Puede ser importante entender de qué formas han sido moldeadas por sus identidades grupales, pero el respeto social debería también tener en cuenta sus elecciones individuales. El reconocimiento grupal amenaza con no remediar, sino agravar las diferencias grupales. La desigualdad en los resultados del grupo es un efecto secundario de múltiples factores sociales y económicos que interactúan, la corrección de muchos de los cuales está muy lejos del alcance de la política. Las políticas sociales deberían tratar de igualar los resultados de toda la sociedad, pero deberían centrarse en categorías fluidas, como la clase, en lugar de en otras fijas, como la raza o el origen étnico.

Aunque puede que el individualismo sea históricamente contingente, se ha incorporado de manera tan profunda a la idea que tienen las personas modernas de sí mismas que resulta difícil ver cómo revertirlo. Las economías de mercado modernas dependen notablemente de la flexibilidad, de la movilidad laboral y de la innovación. Si las transacciones tienen que producirse dentro de unos límites culturales definidos, el tamaño de los mercados y el tipo de innovación que surge de la diversidad serán necesariamente limitados”


En fin, solo le añadiría la necesidad de garantizar la alternancia. Siempre es un placer leer a Fukuyama.

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