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22.4.10

Nuestra izquierda, nuestro problema

A veces nos olvidamos de lo importante. En nombre del respeto a la diferencia, del miedo a ser tachados de eurocéntricos, de no querer resultar políticamente incorrectos, nos olvidamos de lo más relevante. Les vamos dando carrete, decimos, de manera condescendiente, que ellos tienen derecho a intentar explorar su vía. Y nos olvidamos de lo relevante.

Lo relevante, en este caso, es la ciencia. Y lo relevante es la verdad, que es lo único que en verdad nos hace libres. Viene esto a cuenta no sólo de las estrafalarias declaraciones del tal Morales el otro día, culpando de la homosexualidad a los pollos, sino también al hilo de la evidente falta de libertad que hay en estos países que constituyen territorios liberados por la izquierda. Como si la homosexualidad fuera una enfermedad, madre mía. No sé qué obsesión tienen todas las culturas antioccidentales con los maricones, quizá porque en el fondo temen serlo de manera vergonzante: aquellas palabras del tirano persa, en la ONU, descartando la existencia de gays en su país y tan bien parodiada aquí por Muchachada Nui.

No sé qué cara se les queda a los progres y a toda la gentuza que nos vende a diario que otro mundo es posible y que Europa es sólo un modelo más cuando oyen estas barbaridades. Los derechos humanos son universales, y universal es (o ha de ser) el anhelo de libertad del ser humano. Todas estas bobadas de universidades indígenas donde enseñar otras cosas, de medicinas alternativas, de chamanes y de gilipolleces no son más que bobadas. Y profundamente reaccionarias, por cierto. Como gran parte de nuestra progresía de postal, siempre tan temerosa de los avances. Que el otro se quede con su atraso y su folklore mientras que yo disfruto del nivel de vida de occidente.


PD: Este homófobo de Morales fue recibido en loor de multitud en la Facultad de Políticas, en mi Facultad de Políticas, hace menos de un año. No dejen de ver los aplausos. Esta es nuestra izquierda, no tenemos otra. Así les va. Así nos va.


Coda: ¡A mejorarse!, al menos un poquito.


PS: "Para entonces, la policía también había detenido a Giovanni Senzani, de cuarenta y dos años, profesor de criminología en la Universidad de Florencia hasta que se pasó a la clandestinidad en 1981 como líder de las Brigadas Rojas. Entre sus pecados del pasado, Senzani había recurrido a su capacidad de asistir a congresos internacionales para “señalar” a tres destacados adversarios de la extrema izquierda en el medio académico, que fueron a su debido tiempo asesinados por las Brigadas Rojas".

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 292.

10.1.06

Coherencia

Vivir para ver. El futuro presidente de Bolivia, de esa izquierda sesentera que tanto gusta por aquí, ha proclamado, en su visita a la dictadura izquierdista China, que espera que los dictadores chinos consideren a su país: "un aliado ideológico". Es curioso. Luego dicen que somos nosotros. El líder del Movimiento al Socialismo pide ser considerado aliado ideológico del Partido Comunista Chino.
Aliado ideológico de un Estado en el que están prohibidos los sindicatos de clase.
En el que están prohibidas las manifestaciones obreras. En el que, hasta hace seis meses, los universitarios no podían casarse entre sí.
Buenos aliados, sí señor. Tras la visita a la prisión castrista, ahora se proclama amigo de los señores del Laogai. Y este es la gran esperanza para Bolivia...

9.6.05

Misecelánea

Varias cosas llaman hoy mi atención.
Miles de mineros bolivianos viajan a Sucre para forzar la celebración anticipada de elecciones Pobre Bolivia, con el cocalero de Evo Morales marcando el ritmo político. Pobre Bolivia, cuándo la única solución para salir de la pobreza parece sacada de un telediario de 1965.

Pobres cubanos, que huyen en un viejo taxi flotante de la cárcel del dictador Castro…

Pobre Iberoamérica, siempre tan útil para construir utopías que la progresía occidental no querría en su propio país, ysiempre tan dispuesta a acudir de “Turistas del ideal”, como los llama con acierto Vidal Folch.

La derecha está en la calle, primero con las víctimas, ahora en Salamanca, en breve de nuevo en Madrid con el tema de la familia. Siempre he pensado que no se siente cómoda allí, porque tradicionalmente la calle ha sido monopolio de la izquierda. Sus orígenes y sus legitimidades han sido y son diferentes. Pero que no se queje tanto el gobierno. Aún recordamos los dos años que nos hicieron pasar, atacando la legitimidad del Parlamento en una espiral Lou-Prestige-Irac que tuvo su traca final en los bochornosos comportamientos del día 13 de marzo, con la oposición violentando el día de reflexión…

El problema es si nuestra democracia ha interiorizado que para forzar un cambio de gobierno se necesita un escenario de crisis institucional. Eso sí sería grave. Le pasó al PSOE en el 82 (el cadáver de aquel etarra pasaeando por el Congreso de la mano de Guerra), al PP en el 96 (corrupción y márchese señor gonzález) y le ha pasado a Rodríguez