27.10.10

A vueltas con la tierra

Llegar al oeste en otoño, cuando oscurece. Saber que hay un amigo esperando para cenar. Un amigo y su familia. Qué pena llegar solo, cuando el fuego en la chopera estaba aún encendido. Que la cena sea, además, en el Parador. Una copa después. Hablando sobre la Castilla que se va, la que se muere, la que no volverá y la que recordaremos, nostalgia, dentro de cuarenta años, cuando ya no haya libros y el otoño sea sólo un programa de ordenador. Hablamos de la banalidad de la política. De cómo un país que nombra ministro a Pajín es porque ya no necesita a los ministros para nada. Hablamos también el presente de esta periferia de la periferia, en la que ya no hay nada que hacer, salvo emigrar. Hacemos un plan para su sábado. El Tejedelo. Un espacio mágico en el otoño sanabrés, ya con agua, no como en agosto. Almuerzo en el Empalme. Tarde por Escuredo, claro. El mejor sitio para ver amarillear los árboles en toda Sanabria. El domingo a por setas, en el barreriro, que con los años he descubierto, como tantas otras cosas, que estaba en Cubleiros.

Enseñar tu casa a unos amigos.

Pocas cosas más gratificantes.


PS: "Kyselak es uno de esos menospreciadores de masas, numerosos también hoy que, apretujados entre sí en el autobús atestado o en la autopista atascada, se consideran, cada uno de ellos, habitantes de sublimes soledades o de salones refinados y deprecian, cada uno de ellos, al vecino, sin saber que se les paga con la misma moneda, o bien le guiñan el ojo, para darle a entender que, en aquella multitud, sólo ello dos son almas elegidas e inteligentes, obligadas a compartir espacio con el rebaño".

Magris, Claudio: El Danubio. Anagrama, Barcelona, 2000. Pág. 142

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuídese de tanta meláncolía de otoños amarillos y tiempos que o han de volver , que con la habitual,innata, ya va bien servido. Deje el cilicio por unos días.
NC

Anónimo dijo...

fe de erratas : melancolía ,no donde dice o
NC