4.1.12

Taleb y las falacias

Hay otros dos aspectos del libro de Taleb que me llamaron la atención. Dos ficciones. La ficción del conocimiento es la primera. Pensar que sabemos porque somos capaces de ponerle nombre a las cosas. Pero eso no es conocer. Eso es nombrar. Es mucho lo que no sabemos. Mucho más que lo que sabemos. Por eso deberíamos ser humildes cuando nos enfrentamos a muchos problemas. Esa biblioteca de lo desconocido siempre será muy superior a los dos o tres libros que forman lo que conocemos.

La otra falacia es la falacia de la narrativa. Construimos relatos porque somos humanos y necesitamos los relatos para explicarnos el mundo desde que algo parecido a nosotros se puso por primera vez en pie en la sabana africana hace miles de años. Pero los relatos pueden acabar confundiéndonos más que aclarándonos: la narrativa de una guerra, de un descubrimiento, de una persona... es sólo eso, un discurso que nos ayuda a encuadrar una realidad, a acercarnos a ella, si lo prefieren, pero no son capaces de explicar el hecho en sí, como tampoco son capaces de explicarlo, más allá de cuatro generalidades.

La vida es más compleja y sus matices, inabarcables. Y cuando antes nos demos cuenta de ello, mejor para todos. También para usted, desocupado lector.

1 comentario:

Espectador dijo...

Respecto a la diferencia entre Nombrar y Conocer, un amigo contaba el siguiente chiste.

Dos médicos van por el pasillo de un Hospital y al llegar a una intersección cruza por delante de ellos una cabeza humana deslizándose por el suelo.

Uno de los médicos le dice al otro: ¿pero tu has visto eso? Y el otro le contesta: si, es un caso de cefalopodia. Ante lo que el primero dice: ¡ah, bueno!

(Cefalópodo: de kephalé, cabeza y podós, pie: que tiene los pies en la cabeza; son cefalópodos los pulpos, calamares, sepias, ...)