Por tierra, mar y aire, de Kaplan. Una reflexión que se refiere a
las huellas globales del ejército norteamericano pero que abarca, en realidad,
aspectos esenciales de la guerra moderna. Muchos de ellos, desconocidos por mí.
El papel que ya juega, y que jugará, el Pacífico en
el siglo XXI. China necesita vías de comunicación marítimas seguras para seguir
creciendo, y no va a esperar que la Armada de los Estados Unidos se las
asegure. El Pacífico. Asegura Kaplan que
ocupa casi un tercio de la superficie de la tierra y que tiene más extensión
que todos los continentes juntos. Las necesidades logísticas vinculadas a él
son brutales. De ahí la importancia de Guam, aquel territorio de la
Monarquía, para el ejército de los Estados Unidos. Las guerras se ganan por la
logística, más que por el armamento. Otro análisis interesante: el papel que
han jugado siempre las flotas en el juego diplomático. Una flota va despacio, y
permite la negociación mientras avanza hacia su destino. La diplomacia de la
Armada, tan
británica en el XIX, tan estadounidense en el XX.
El
eje del mundo se desplaza hacia el Pacífico. Y allí hace muchos que nosotros
dejamos de pintar nada.
PS: En
relación a Guam, señala Kaplan que: […] Enormes depósitos circulares
contenían 300 millones de litros de
combustible, lo que la convertía en la estación de servicio de la Fuerza Área
más grande del mundo. Ninguna otra base de la Fuerza Aérea en el Pacífico
almacenaba tanto armamento: 100.000 bombas y misiles […] Kaplan Robert. D: Por
tierra, mar y aire. Las huellas globales del ejército norteamericano. Ediciones
B, Barcelona, 2008. Página 88
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