Caímos por Berlanga. Las tierras del Cid, y de Machado. El castillo fortaleza, fruto del temor a una nueva revuelta comunera. Tierras de los Duques de Frías, Velascos y Tovares, almirantes de Castilla y que hicieron desaparecer media docena de iglesias románicas para levantar una imponente colegiata. Castilla tiene más monumentos de los que es capaz de gestionar. Paseo por la ribera a la tarde cayendo el sol. No hay mejor momentos que el otoño declinante ya en las tierras del Duero un sábado por la tarde. Caímos también por Abanco, una pedanía ya medio abandonada con una Iglesia que es casi medio pueblo; un lugar en la que disfrutar de la hospitalidad de los amigos y ver correr a los rapaces.
Era domingo y era noviembre, "que es el mes que más quiero"
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