Es un placer leer a Dalmacio Negro. Sigue tan vital como cuando lo conocía, a lo largo de la última década de. siglo, cuando daba clase en la Facultad de Políticas. Es incorrecto, como lo era entonces, y sigue contando cosas que nadie cuenta (Los teólogos del Papado hablaban ya de 'lo stato', "lo que está ahí", y Maquiavelo llamó 'Estado' a los gobiernos despóticos y tiránicos que se instalaron a partir del siglo XIII en las ciudades republicanas del norte de Italia distanciando el gobierno del pueblo. Distancia que consagró Hobbes, el teórico del Estado distinguiéndolo de la sociedad) y que todos han olvidado: la nación política como un invento de la Revolución francesa. Sigo discrepando mucho de él, ahora a cuenta de la Rusia de Putin, pero es un hombre sabio del que se puede aprender mucho...
Noventa años ya...
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