23.1.11

Un lugar en el que pasar frío...

Cada sitio lleva su clima. Cada lugar tiene su leyenda. A las Huelgas, en Burgos, hay que ir un día como el de hoy. Con dos grados bajo cero. Con el cielo nublo. Con viento del norte. Para que nada nos distraiga. Para poder ver lo que aquí hubo.

Una tierra, Castilla. Ayer dominadora. Una fe, un destino. Burgos, la cabeza del Reino. Un monarca, borgoñón, Alfonso VIII, el de las Navas. Una dinastía, legítima. Una mujer, Leonor. Una fe, un deseo: un gran monasterio para honrar a Dios, en estas llanuras bélicas, y páramos de asceta, que no en balde no fue por estos campos el bíblico jardín.

La sobriedad de la piedra bajo la luz del invierno en Castilla. Palpar, con las manos, el frío de las columnas. Las gárgolas ya silenciosas.

Una leyenda. Las Huelgas de Burgos. El lugar donde se armaba caballeros a los monarcas antes de proclamarlos reyes. Aquí fue coronado Eduardo I de Inglaterra. Aquí fue proclamado rey Alfonso XI. El lugar al que venían a nacer los reyes. Aquí vio la luz Pedro I, el justiciero; el amigo de los judíos, el amigo de los burgueses.

Una dignidad, la de Abadesa de las Huelgas. Una mujer que sólo rendía cuentas al Papa. Una mujer que mandaba sobre los curas. La única mujer con rango de Excelentísima Señora en la historia de España. Abadesa de las Huelgas. Un cargo reservado a las hijas de Reyes, de Infantes o de la alta nobleza castellana.

Un lugar de descanso eterno. Para los Reyes, para sus hijos. Para sus familias. Un lugar en el que ver incluso ahora, tantos años después, las telas medievales mejor conservadas de todo el mundo.

Uno pasea por el Claustro, o por el jardín y oye el viento, y siente el frío, y se imagina la lluvia. Hay lugares con una historia que conviene no perder de vista. Nos explican lo que fuimos y, en gran parte, lo que somos.

Las Huelgas. En Burgos, claro.


PS: Antonio Machado lo dejó escrito: La madre en otro tiempo fecunda en capitanes, / madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.

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